sábado, 22 de junio de 2013

SOBRE LA HUMILDAD

El 31 de enero de 2013 llegó una comisión al Ambulatorio “Roger Rojas Tarazona” de Arismendi, procedente del Estado Barinas -conformada por la Abogada Deisy Trejo y la Licenciada Nohemí Guevara -con el objetivo expreso de realizar una supervisión del personal que allí labora. Señalar las limitaciones existentes, o logros conseguidos.
 
Dra. Deisy Trejo: Abogada directora de recursos humanos del distrito Sanitario nº 01 de Barinas, ubicado en hospital Luis Razetti. Debo felicitarla porque por primera vez -en comparación con otras visitas-, se mostró muy profesional y condescendiente con todo el personal. Nos habló de organización, autoestima y liderazgo, de un modo instructivo y convincente. Señaló las fallas en un buen tono y destacó los aciertos. Es la profesional que todo organismo empresarial quisiera tener a su servicio: inteligente, cooperadora y capaz. Deduzco que ella ha estado estudiando Psicología, Programación Neurolingüística o La Biblia. La lectura de estas materias ayuda a elevar el nivel de consciencia, además de permitir una evolución acelerada de la individualidad.

Lic. Nohemí Guevara: Profesional competente que sigue al pie de la letra las indicaciones impartidas por sus superiores; es una persona predecible, que no varía mucho en su modo de actuar. Conociendo una información importante, la reparte sin ponerle mucho sentimiento al asunto. Se le puede oír porque está bien informada, pero su profesionalismo no le permite comulgar mucho con el prójimo, al menos más allá de lo permitido por sus creencias. Nada más puedo decir de ella.

La Humildad es una de las virtudes de Dios más difíciles de adquirir, y es una de las condiciones para aprender de las otras personas. Ningún sabio nos transmitirá su saber si no lo pedimos con humildad. El Maestro Jesús lo demostró cuando les lavó los pies a sus discípulos en la última cena; Juan Pablo II al concederle el perdón a su agresor fanático que intentó asesinarlo; la Madre Teresa de Calcuta, que pasó gran parte de su vida lavando las llagas de los leprosos en Calcuta-India. Yo he tenido la dicha de conocer a dos seres poseedores de ese don Divino, la doctora Adela Mesa, directora del distrito Sanitario N° 01, Barinas, y don Ramón Torres, que vive en el caserío de Santa María de Canaguá, de Pedraza. A mi manera de entender, quien pueda conocer a estas dos personas no habrá vivido en vano.

A la doctora Adela Mesa, en el tiempo que llevo conociéndola nunca la he visto enojada, y creo que jamás le ha levantado la voz a nadie. Su ser transmite una especie de luz que cautiva al interlocutor, y es difícil no aceptar que posee un don superior, envuelto en armonía, paciencia, comprensión y sabiduría.

A don Ramón Torre lo conocí en el año 2002, cuando residía en Santa María de Canaguá. Con él aprendí mucho del saber guardado en el mundo, pero sobre todo aprendí a vivir, a vivir bien. Es un lector infatigable de la Sagrada Biblia. Un sabio Maestro que nada tiene que envidiarle a un Confucio o un San Agustín. Posee una cría de ganado (pocos, porque el cerro no está hecho para las grandes ganaderías), de la cual vive, además del cultivo de la tierra. Seis años después volví a Arismendi, pero sigo visitándolo en su casa de Santa María, donde rememoramos viejos tiempos y refrescarnos nuevas experiencias que surgen en la cotidianidad de una sociedad que a diario se recrea a sí misma.

Son ejemplos de humildad a seguir; y los dos últimos, ejemplos vivientes en nuestra época.

Zordy Rivero, Cronista
Arismendi, 22-06-2013

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