En los Estados Unidos existe un programa de rehabilitación de jóvenes
menores de edad, que consiste en mantenerlos por el mínimo de un mes en unas
cárceles especiales, con instructores muy rudos. Son, en su mayoría escolares
que han llevado una vida muy desordenada, incursos en delitos de robos menores,
irrespeto a los padres, hermanos y profesores. Son chicos consentidos de papa y
mama, que se han convertido en un grave problema para la familia y la sociedad
en general.
Cuando fallan los padres, maestros y profesores en su educación y
corrección, el Estado se hace cargo de ellos, enviándolos a una cárcel, que es
lo más similar a lo que les espera si no se corrigen. La mayoría se rehabilitan,
y regresan a sus casas, después de la dura prueba, convertidos en un modelo
para el mundo que los rodea; pero admiten, entre lágrimas, que no fue fácil
vivir bajo tanta presión contra un ego
bien desarrollado y convencidos de que eran especiales.
Pero ¿por qué estos jóvenes llegan a ser en un problema para la
sociedad? La mayoría de ellos son tratados en sus casas como Reyes, y ellos se creen la
mentira, pues cuando van por primera vez a la escuela, reciben un trato
igualitario y no el privilegiado de sus hogares. Entonces se revelan y tratan
de mantener su status quo por
las buenas o por las malas. Sus padres los habían transformados en unos inútiles
y holgazanes que transgredían todas las leyes de la familia y la sociedad. Los
hacían tan inútiles que no sabían ni siquiera arreglar sus propios dormitorios.
¿Por qué funciona la extracción del hogar y posterior encarcelamiento
temporal? Las pocas veces que he logrado ver el programa completo, por televisión,
he captado la metodología usada por los instructores. Ellos usan el mismo
comportamiento agresivo e irrespetuoso de los jóvenes. Ante tanto abuso,
terminan por entender que así se comportaban ellos en la sociedad. Reciben una
dosis de su propia medicina, que no les gusta en lo más mínimo.
En nuestro país Venezuela sucede algo parecido con los bachaqueros,
buseteros, usureros y similares. Estos se resienten y protestan cuando son
objetos de abusos. Algunas veces el abusador es tratado de igual manera a como el
trató a los otros en su trabajo o entorno. He tenido la ocasión de ver a
personas predicando en una buseta con una Biblia en la mano y después asumir un
comportamiento nada moral ni justiciero, y no obstante creen que lo están
haciendo bien. Esto no sucedería si el buen ejemplo se impusiera en la
sociedad, empezando por los padres, políticos y consejeros espirituales.
A los que no logran rehabilitarse los espera la Irremisible ley de
Causa y Efecto, también conocida en Oriente como la ley del Karma. Esta ley se
manifiesta de muchas maneras que en esencia es una sola: equilibrar lo que
hemos desarmonizado:
—Lo que le quitas a otro por medios de fraude, otro te lo quitara a
ti de manera similar.
—Cuando disfrutas de una vida holgada y que no te la mereces porque
no te la has ganado, la ley te cobrara con sudor y sangre el precio de esa
comodidad no merecida.
—Lo que le haces a tu prójimo te lo estás haciendo a ti mismo.
Expresada a través de la ley del Circulo: lo que circula vuelve. Somos
creadores de situaciones y de nuestro destino, es decir, lo que sale de su
creador, vuelve a él, solo que repotenciado.
—Todo el mal que hayamos hecho a otros en el pasado (personas,
animales o la Naturaleza) tendremos que redimirlo, haciendo el bien a toda la
creación sobre la Tierra.
De todo lo anterior se deduce que existen personas que crearon un
Karma tan pesado y obscuro que quizás no les alcanzara toda una vida para
redimirlo o corregirlo. Y quizás ese sea el motivo que estén regresando a
muchas almas jóvenes antes de su hora —de donde vinieron—, pues al encarnar, ya
habían prometido hacer el trabajo de mejorar la vida en la Tierra. Al no hacer
nada, o, mejor dicho, al empeorar la situación, son regresados a casa de Nuestro
Padre, para evitar la acumulación de un karma aún mayor. Mi consejo final es,
si te vas a endeudar que sea con buenas obras, haciendo el bien. Nadie lo podrá
hacer por ti. Eres tu propio salvador. El Maestro Jesús te podrá ayudar, pero
eres tu quien hará el trabajo. ¡Entiendes! ¡Eres
tu propio salvador!
Referencias:
La Fundación Mundial para las
Ciencias Naturales
La Nueva Versión Internacional de
la Biblia
El Evangelio de Acuario de Jesús
El Cristo
La Brújula Moral.
Val, 27-01-2018
Zordy Rivero