Nin
Hablaremos un poco de un árbol que esplende su majestuosa figura sobre ciudades y pueblos del territorio nacional: El Nin, el cual tiene una resistencia inigualable al trópico, y que aún bajo la peor sequía mantiene su verdor.
Hablaremos un poco de un árbol que esplende su majestuosa figura sobre ciudades y pueblos del territorio nacional: El Nin, el cual tiene una resistencia inigualable al trópico, y que aún bajo la peor sequía mantiene su verdor.
Es usado para controlar
el colesterol alto masticando una hoja dos o tres veces a la semana, aunque mi
experiencia personal está orientada hacia otras propiedades. En nuestra casa de
Arismendi teníamos un olivo que había sido atacado en la pata por un hongo
blanco, muy resistente, y que no había manera de quitárselo a la muerte. Un
amigo me sugirió que cubriera la pata con hojas de Nin. Así lo hice y a los
pocos días el hongo murió, y el árbol de los emperadores todavía sigue creciendo
con toda su hermosura.
El Nin tiene una
efectividad sorprendente para espantar el sueño. Se coloca una hoja triturada
en la zona sublingual (debajo de la lengua) y allí se deja por el tiempo
que desee mantenerse despierto. Muy útil para los que conducen y estudian de
noche. Al terminar la tarea es recomendable enjuagar la boca con agua natural,
porque lo más probable es que a los pocos minutos aparezca el sueño, necesario
para recuperar las fuerzas menguadas.
En el llano existe la
creencia generalizada que donde vive el Nin no es frecuente la permanencia de
plagas, llámese mosquitos, zancudos u otros bichitos voladores. De ahí que los
campesinos siembren este árbol alrededor de las casas, que además les sirve de
sombra en los duros días veraneros. Las hojas secas son usadas para hacer humo,
que actúa como un repelente, corriendo a tan molestos insectos.
Arismendi, 24-01-2016
Zordy Rivero, Escritor