Noviembre 2022
Martes 01
Hoy es un día feriado en Zúrich, correspondiente al día de los
Ángeles, de manera que no hubo trabajo en la Oficina. No obstante Elisabeth
salió hoy a cumplir con su trabajo. Me dijo que su hija Annina vendría a
visitarla después de las cinco para hacer una comida mexicana. A Paul le tocó
hoy preparar el almuerzo: pasta, huevos y queso frito, acompañado de pan
integral y té. Una comida excelente, muy parecida a la venezolana, es decir,
criollita. Sin duda es un buen cocinero. Apenas comí y me acosté un rato, al
instante me quedé dormido. Después de las dos Paul me invitó a salir a pasear a
Kimo, y acepté con gusto. Entramos en un bosque a través de un camino
empedrado, de un metro de ancho. Observé un manantial de aguas cristalinas, y
familias con niños y perros juguetones; algunos niños con bicicletas y cascos
protectores. Le pregunté a Paul si no había culebras en la zona y me dijo que
no. Kimo aprovechó un momento para hacer su necesidad y Paul sacó una bolsita
plástica, se la metió en la mano, agarro la caca y volteando la bolsa le hizo
un nudo y la cargó por unos cien metros hasta que encontró un cesto de basuras
y la depositó. Es una manera de evitar que los caminantes del bosque la pisen. Por
curiosidad le di un pellizco a una plantita muy linda a la vera del camino, y
de inmediato sentí una descarga eléctrica: era una especie ortiga desconocida
para mí, pero muy agresiva. Le pedí perdón por mi atrevimiento al quitarle un
trozo de hoja sin pedir permiso. Este acto me enseñó refrenamiento y respeto
por los Elementales de la Naturaleza.
Ya de regreso a casa miré los trabajos en la acera de una calle, cubierta
con tablas de madera pulida, haciendo la función de puente. Al entrar a una
avenida, un autobús con varios pasajeros hizo una parada, y todos los autos que
los precedían se detuvieron hasta que prosiguió de nuevo. Entendí que un
transporte público no se puede adelantar mientras está parado. Me he dado
cuenta que los suizos son muy respetuosos de sus propias costumbres y leyes, y las
tratan de imponer con el ejemplo.
Al poco rato de haber llegado, Paul entró en mi cuarto con un
aparato eléctrico, que sirve para atrapar la humedad del ambiente, evitando los
malos olores y la reproducción de hongos. Lo encendió y lo dejó allí el resto
de la tarde. Me pareció magnífico, pues, a los pocos minutos de estar encendido
sentí el ambiente más liviano y seco. El mismo se apaga automáticamente.
Por la tardecita, ya oscureciendo apareció Annina —una joven de unos
21 años —con su pareja, el joven Philipp. Al poco rato me llamaron a comer la
especialidad mexicana que Annina es experta en preparar. Después se partió un pastel
que llevaba escrito el nombre de ‘Matemática’. Annina había pasado esa materia
y trajo la torta para compartirla en familia. A Annina y Philipp les regalé mi
libro “La Réplica” con su respectiva dedicatoria. Fue una velada muy tranquila,
entre familia, comida y té.
Pero también hubo risas. Annina me preguntó (en español) que qué
había comido para el almuerzo, sabiendo como lo sabía, que su madre no se
encontraba en casa a esa hora.
—Tu papá hizo
una pasta con huevos y queso frito muy sabrosa. A mí me gustó mucho —dije muy
seguro.
—Ese es el único plato que sabe hacer mi papá —dijo
Annina—. Todos reímos, incluyendo a Paul.
Zordy Rivero