domingo, 22 de abril de 2018

LICEO NACIONAL BOLIVARIANO MIGUEL ANTONIO MORILLO

Esta institución educativa inicia sus actividades el año 2013, y está ubicada en la avenida Sucre, en un terreno donde a la vez funciona La Congregación Evangélica “Luz del Salvador”. La iniciativa de este Liceo nació en la mente y corazón de la familia Morillo hace mucho tiempo atrás. Cuando decidieron migrar a la ciudad donaron su terreno a la Congregación antes mencionada. Años más tarde el Pastor Juan Ribas hace suya la idea de levantar el liceo en el mismo espacio de la Iglesia, con el objetivo específico de promocionar valores y principios cristianos. Lo acompañaron en este sueño la familia Inos Guilarte y toda la feligresía que allí se congregaba.

Ya con la idea en mente La Congregación “Luz del Salvador” comienza a recaudar fondos, que luego invertían en mautes para el engorde, y de ese modo aumentar el caudal… hasta que empezó la construcción, que terminó después de cinco años. Ya para finales de agosto de 2013 se estaba realizando el censo de los jóvenes que iban a ingresar por primera vez; el mismo concluyó con 400 estudiantes preinscritos que ingresarían en el Ciclo Básico, es decir, de primero a tercer año de bachillerato.

La nueva institución fue aceptada de manera muy favorable por el Ministerio del Poder Popular para la Educación, la comunidad en general —y en especial—, por los padres y representantes, quienes tenían la esperanza de que sus hijos recibieran una educación acorde con los valores cristianos. El 10 de septiembre de 2013 empezaron las inscripciones para el primer año electivo. Finalmente el Liceo Miguel Antonio Morillo inicia sus clases el 01 octubre de 2013 con una matrícula de 395 alumnos, y que en los días sucesivos alcanzó la cifra de 405.

Mencionaré el personal que empezó a laborar en este nuevo plantel:
Director: Joel Antonio Andrade (e)
Subdirector: Juan Bautista Ribas (e)
Profesores: Jahir David Gutiérrez Soto; Doris Jakelina Sánchez; Yessica Marianni Espinola Aponte; Jair Jose Zapata Toledo; Kattyuska Katerine Daza Tapia; Daniela Cristina Rondón Sánchez; Josmar Mujica Bravo; Sainy Isneidy Guilarte Morillo; Nathalia Rossi Renda Álvarez; Vanessa Solimar Molina Ponacre; Itamar Elizabet Rojas Espinola; Emilia Damalys Reyes Linares; Antonieta Elitzabeth Bolívar Ávila; Herminia Josefina González Madroñero; Ligia Carolina Páez Sánchez; Velinda de Jesús Veliz Bernal y Lucibel Milagro Mora Chacón;  
Secretarias: Yulis Carolina Gómez Ortiz; María de los Ángeles Aponte de Bello y Dexsy Yamilet Torres Aponte.

Aseadores: Ángela Yainileth Andrades; Yuleidis del Valle Flores Jaspe; Marlene Yubaira Ortiz Noguera; Rosalia Linarez Zaidi; José Fernando Aular Espinoza; José Wilfredo Berro Montoya; Juan Rafael Soto Sulbaran; Denys Alexander Solís; Manuel Naudin Urango Ángel y Pedro José Rojas Mirabal.

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A mis lectores del mundo les recomiendo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com

Domingo, 22-04-2018
Zordy Rivero, Cronista

domingo, 15 de abril de 2018

Cómo Ayudar a la Madre Tierra VI

Casi siempre la gente que más se queja del maltrato causado a la Naturaleza: —contaminación ambiental, tala y quema de bosques, cacería furtiva— es la que menos disposición tiene para causar un cambio positivo a su alrededor. Es muy parecido al caso de uno de los aviones que se estrelló contra las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001. Dos personas con un cuchillo cada uno, pudieron controlar a más de 80 pasajeros, sin que estos hicieran nada. Cada uno esperaba que el otro se levantara y diera un paso adelante, decidido de desalmar al par de bandidos, hasta que, esperando y esperando, se les acabó el tiempo… y la vida. Y esto se llama complacencia o el arte de no hacer nada para no comprometerse. Un día, cuando a muchas personas les toque padecer las consecuencias de no haber hecho nada, le echarán la culpa al vecino o a cualquier otro, pero menos a ellos mismos.

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En mis correrías pos los pueblos de Barinas vi un caso que me impresionó sobremanera y que siempre viene a mi mente. Ahora los compartiré con ustedes: En una temporada de festividades alguien lanzó un cohete, que desafortunadamente se alojó en un caney de palma. El incendio se propagó rápidamente. Yo, que me encontraba en una casa vecina, escuché a mi anfitrión decirle a su hijo: “¡Oye!, está pendiente de la candela, no vaya a ser que salte a nuestra casa”. En ningún momento vi un gesto humanitario de querer ayudar a su vecino a apaciguar el fuego. Solamente comentó: “Tratar de apagar candela en techo de palma es una pérdida de tiempo”.

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Mi madre que nos crió trabajando en un conuco, nos decía: Si cada día sacaran una calle, —que es la mínima expresión de una tarea— al mes se vería el trabajo realizado. Y es cierto, si cada día hiciéramos algo en pro de la Amada Tierra, sea sembrando un árbol o recogiendo basura en una calle, al final del mes tendríamos un barrio, pueblo o ciudad limpia, cobijada de mucha vegetación.

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He visto en un programa de televisión un osito gris solitario salir de la nada, en un terreno nada frío, siendo abordado y devorado por una manada de leones. ¿No les parece esto sospechoso? ¿Dónde estaba la madre? ¿Qué hacia un oso bebé fuera de su hábitat? Sabemos que un video relacionado con la vida salvaje es pagado muy bien por los magnates de la televisión. Lo que no está bien es usar un inofensivo osito, sacrificándole inútilmente a favor de algunos dólares. Esto es falta de ética y falta de amor por la vida salvaje, que ahora requiere de nuestra protección. También he visto perros muriéndose de hambre mientras los dueños padecen de obesidad. ¿Injusticia, falta de amor…?
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Un regalo a la Amada Madre Terra en su mes de aniversario.
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Y como un regalo muy especial los remito a “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.


Miércoles, 15-04-2018
Zordy Rivero, Cronista

sábado, 7 de abril de 2018

Cómo Ayudar a la Madre Tierra V

Continuamos con las señales que a diario nos entrega la Naturaleza cuando estamos sintonizados con ella. Es bien conocido en el llano que cuando los alcaravanes pasan con su algarabía por encima de una casa donde viven jóvenes casaderas, es casi seguro que una de ellas está embarazada. Pero cómo saben estas aves que en esa casa existe una mujer encinta. ¡Es todo un misterio! O bien podría ser que el alcaraván felicita a la mujer y su nuevo acompañante. Sabemos que lo animales ven y perciben cosas que el hombre común no es capaz de captar.

En las zonas donde abunda el mango, las familias saben que cuando los frutos están a punto de madurar, sólo la presencia de las lluvias es necesaria para el siguiente paso. Se dan casos de mangos que maduran mucho antes de las llegadas de las lluvias; esto sucede debido a que el árbol se encuentra en un lugar donde existe mucha humedad. En conclusión, la aparición de los primeros mangos maduros es un indicativo de la proximidad del invierno.

Los habitantes de algunas zonas del planeta donde viven elefantes, saben que estos paquidermos tienen desarrollada la capacidad de detectar agua escondida en las primeras subcapas de la tierra. ¿Cómo lo hacen? Ellos perciben la vibración (ondas electromagnéticas) de las moléculas de agua, que tienen memorizadas en su poderoso cerebro. La humedad y cercanía del agua también es percibida por la sensibilidad de su trompa, de modo que los nativos y otros animales se aprovechan de esta facultad del elefante para conseguir las fuentes de agua, por lo regular en áreas desérticas.

Mi niñez la pase en mi pueblo natal al lado de mi madre. En las vacaciones tuve la oportunidad de visitar el caserío de El Gadin —a unos cuarenta kilómetros de Arismendi—, donde vivía mi hermano Reinaldo. La idea era que fuera aprendiendo sobre los avatares del llano: montar a caballos, hachar, nadar, ordeñar etc. Recuerdo que en una ocasión, al final de las vacaciones me enviaron con Manuel Cisnero, que iba rumbo al pueblo; mi hermano aprovechó la ocasión para mandarme con él, en un burro que ya había ido por una vez al pueblo. A mitad de camino nos perdimos y empezamos a caminar en redondo. Desalentados nos cobijamos baja la sombra de un árbol. De allí surgió la idea de dejar que el burro, por su cuenta, nos sacara de tan desagradable situación. Me monté y arrancamos, sin tocar las riendas; debíamos obedecer su decisión. Después de media hora de camino nos llevó a una casa de la vecindad. ¿Cómo hizo nuestro burro para sacarnos de aquel aprieto, ante la presencia de muchos caminos que cruzan el llano? Quizás oyó e canto de un gallo, el ladrar de un perro o el hachar de un campesino. Ya en esa casa tomamos agua; luego nos dijeron que si continuábamos por ese mismo camino llegaríamos a Arismendi sin ningún inconveniente. Desde ese día empecé a tener más consideración con esos nobles animales, de quien se tiene la tonta creencia de que son torpes y brutos, cuando lo contrario es la verdad.

No olvidemos hablar con las plantas, animales, insectos; las moléculas que les dan vida a ellos se encuentran también en nuestros cuerpos, y lo más importante, todo está conectado, y cuando digo todo, es todo.

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Un regalo a la Amada Madre Terra en su aniversario.
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Miércoles, 07-04-2018
Zordy Rivero, Cronista


miércoles, 4 de abril de 2018

Cómo Ayudar a la Madre Tierra IV


Siempre recuerdo aquel cuento que se hizo muy popular en una época lejana allá en el llano. Se trataba de varios científicos venidos de la capital —en pleno verano—, expertos en asuntos meteorológicos. Llegaron a casa de una humilde señora muy dada a la hospitalidad. Por la tarde, después de la comida, ella les dijo:
—¡No cuelguen en los ‘palos’ del paradero porque se van a mojar con el aguacero de la madrugada! ¡Cuelguen en esta sala!
—Nos va a disculpar señora, pero con este cielo despejado y este viento seco es difícil que llueva; además, no olvide que nosotros somos expertos en cuestiones del tiempo.

—Bueno, yo solamente los estoy alertando para que después no anden echando carreras… descolgando chinchorros y mosquiteros.
No hicieron caso y acomodaron sus hamacas entre la arboleda, cobijados por las sombras de la noche y las chicharras veraneras.
En plena madrugada empezó a llover, escuchándose en el paradero el ir y venir de gentes con linternas, dando gritos, órdenes y contraórdenes.
Amanecieron sentados en un banco, tiritando de frío. La señora se levantó en silencio y les preparó un café. Al poco rato uno de los científicos le preguntó:
—¿Cómo hizo usted, señora, para saber que iba a llover en la madrugada?
—¿Acaso no vieron al burro revolcándose en el paradero ayer por la tarde?
—¡Vaya, lo que nos faltaba! —dijo uno—. Mejor será que nos vayamos ahora, pues aquí los burros saben más que nosotros.

La Naturaleza está plagada de señales que les hablan a las personas que posean la suficiente acuciosidad para percibirlas cuando se presentan. El burro, a través de un mecanismo desconocido, percibe la llegada de un aguacero, o quizás, sólo sea que capte un cambio en las ondas electromagnéticas naturales de la tierra. El caso es que él se da un baño de tierra mucho antes, y cuando llueve, su cuerpo conserva una fina película de barro que le sirve de repelente para los mosquitos, que tanto abundan en el llano.

También una conducta similar la observamos en los chivos. Estos animales tienen una aversión a las lluvias, de modo que los campesinos se ven obligados a hacerles casas para que pasen la noche bajo resguardo. También les sirve de protección contra animales salvajes y otros no tan salvajes. Cuando los chivos presienten la caída de un aguacero, no salen a pastar, hasta tanto no pase la amenaza. Y en invierno pueden pasar todo un día sin comer, molestándose entre ellos y mirando el cielo. Un campesino alerta, al observar este comportamiento, sabe que es un día adecuado para mantenerse bajo el abrigo de su hogar. 

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Miércoles, 04-04-2018
Zordy Rivero, Cronista

lunes, 2 de abril de 2018

DERROTA DE PAEZ EN SAN ANTONIO


San Antonio es una parroquia del municipio Arismendi del estado Barinas, fundada por un mulato de la Villa de San Carlos el año de 1760. Este mulato y sus acompañantes procedían de la Villa de San Jaime, fundada en 1758. Inicialmente San Antonio se levantó a la orilla izquierda del rio Apure, pero ante las amenazas de las aguas, fue trasladado a cinco kilómetros, a un lugar llamado las Flores, en un banco de abundantes arenales, a un lado de un riachuelo llamado “Caño Verde”. En el año 2002 ejercí de médico rural en esta parroquia de gentes trabajadoras y amigables. Algunas personas me contaron que habían escuchado de sus ancestros, que José Antonio Páez tuvo un campamento en el pueblo, mientras le hacia la guerra a los realistas el año de 1817, que dominaban el rio, al frente de Apurito.


Cuenta Vicente Lecuna en su libro, Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar lo siguiente: “Estorbando a sus comunicaciones una columna de 300 hombres, compuesta de infantes de Numancia y algunos jinetes, apostadas por Correa en San Antonio, a orillas del Apure, al mando del comandante venezolano Jacinto Perera. Páez la mando atacar por 300 jinetes a las órdenes del comandante Peña, pero rechazados con pérdidas, marchó el mismo Páez con 500 jinetes y el propósito de sorprender el puesto. El 13 de abril se presentó de improviso ante él y aunque embistió varias veces con empeño, tuvo que retirarse con sus heridos, dejando 132 muertos en el campo, según el parte oficial de los españoles (6). En sus narraciones el jefe llanero oculta esta derrota”.


Nota a pie de página (6): … “En la Autobiografía Páez dice que los enemigos se retiraron en la noche, pero el hecho fue que quedaron dominando la línea del rio”.


Para la época de los sucesos narrados, San Antonio poseía en sus extensas sabanas, miles de reses y caballos salvajes, que le servían a Páez para el sustento y aprovisionamiento de su ejército de llaneros indómitos. Es importante destacar el aporte de San Antonio a la causa libertadora, representada en ese momento por el ‘Catire’ Páez y los llaneros.

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Lunes, 02-04-2018
Zordy Rivero, Cronista