miércoles, 2 de mayo de 2012

CRÓNICAS

La Fundación de Arismendi la precisan muy bien dos autores de la Historia de Barinas. La primera, extraída del libro Miscelánea Barinesa II, de José Ricardo Navas, dice: “El municipio Arismendi anclado en el corazón del llano y rodeado por los estados Portuguesa, Cojedes, Guárico y Apure; está situado en el extremo oriental del estado Barinas. Su fundación fue el 01 de Junio de 1880 por Francisco Ramón Sánchez y familia”.


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La segunda cita, extraída del libro: San Antonio, La Unión y Arismendi, de Virgilio Tosta:
Arismendi es un pueblo que pertenece al distrito del mismo nombre, en el Estado Barinas. Sus orígenes están asociados a una hacienda o hato de la región que se llamó Ave María Sanchera. “Por cierto que en 1880, un grupo de personas de la familia Sánchez, de la cual tomaron su nombre aquellas tierras, hizo formal donación de una franja de terreno, en beneficio del pueblo. El documento respectivo se expresa de la siguiente manera: Nosotros, Francisco Ramón, Jesús María, Juan Rafael, Ramón, José Francisco y Manuel Jerónimo Sánchez, y Carmen Sánchez, asistida por su esposo Domingo Fleitas, y Ana Sánchez, por su esposo Vicente Ortega, todos vecinos de este distrito, mayores de veintiún años, criadores y condueños del terreno denominado Ave María Sanchera, donamos al pueblo de Arismendi, representado por su Junta Municipal y el Sub-Prefecto; y aquélla por el Síndico Procurador, para su fundación en el mismo lugar donde hoy se encuentra, un cuadrado de tierra formado por dos lados paralelos de a dos mil varas castellanas, siendo uno de ellos el río en su curso, y los otros dos lados paralelos de mil doscientas varas; es decir, por todo dos millones cuatrocientas mil varas cuadradas, cuya mensura hará un experto nombrado por el ciudadano Presidente del Estado, aquí presente en visita, y a cuya excitación nos hemos reunido y convenido en ceder este terreno, debiendo asistir a ella, y atender al amojonamiento los dichos Procurador y Sub-Prefecto y dos de los firmantes elegidos por mayoría de votos. Para los efectos legales, se estima este terreno en doscientos venezolanos, y se declara que también es condueño nuestro sobrino Manuel Antonio Hernández, como sucesor de su madre Bárbara Sánchez, a quien pagaremos la parte que pueda caberle. El Síndico Procurador por sí, o por el Procurador del Departamento, solicitará el registro de esta escritura, la cual se conservará en el archivo de la Junta Municipal Ave María, junio primero de mil ochocientos ochenta”.

Aquí dejo la partida de nacimiento de Arismendi, como entidad Jurídico-política bien definida. Antes de esa donación el pueblo existía como quien vive en casa ajena o de prestado, sin identidad propia. Continúa la cita:
“El contenido del anterior documento deja clara varias cosas sobre el nacimiento de Arismendi. Explica, en primer término, la razón por la cual se le llamó originalmente Ave María. Arroja luces sobre los ejidos del municipio. Señala algunos sujetos de la numerosa familia poseedora de aquellas tierras; con otros más de sus moradores y vecinos. Y deja constancia de la presencia del primer magistrado del Estado en Arismendi, en 1880, cuya gestión debió ser decisiva para que los Sánchez donaran al pueblo un rectángulo de tierras de casi dos millones y medio de varas cuadradas. Lo más probable es que este gobernante haya sido el General Juan José Canales, quien fue una de las personas que aquel año desempeñaron la Presidencia del Estado Zamora. Era  Síndico Procurador del distrito el señor Sebastián Bravo. La escritura de la donación fue registrada en Arismendi el 6 de febrero de 1885. Era titular de la Oficina de Registro el señor Jerónimo Silva C.
“Merece destacarse que el documento de la donación como en el acto del registro, se dice Ave María. Esta circunstancia corrobora el nombre primigenio que tuvo el pueblo de Arismendi; denominación que estaba muy arraigada en la conciencia de sus vecinos”.

Arismendi, 30-04-2012
Zordy Rivero,  Cronista

CRÓNICAS

Pasadas las 9 de la mañana del 28 de abril de 2012, llegamos a la Escuela Estadal Unitaria “Batalla de Santa Inés”, levantada en una orilla de río Guanare Viejo, mejor conocido como Guanare Viejo Abajo. Nos acompañaban la doctora Yuriana Cubian, la enfermera Rosa Valera, mi secretaria Yuly Moreno, el maestro Luis Rivero, Daniel Tovar (mecánico de motos) y Alfredo Martínez, estudiante de la escuela.

El recorrido lo hicimos en motos, pidiéndole a Dios que no lloviera. En menos de media hora estábamos en el sitio. Apenas las aguas comienzan a subir en los ríos, pero los esteros se ven reverdecidos, en presencia de aves, ganado, búfalos, que reciben el invierno con entusiasmo. Fuimos recibidos por Maira de Cortez y su esposo Luis Cortez, dos personas muy atentas y serviciales.

Desde hace dos años el maestro Luís Rivero atiende la Escuela, donde reciben clases doce alumnos: tres niñas y nueve varones. El año 2009, cuando se formó, la regentaba el maestro Carlos Martínez.

A petición del maestro Luis les di a los alumnos y sus representantes una charla sobre salud preventiva, señalando los modos de no exponerse a la parasitosis intestinal, tan frecuentes en la zona. Expliqué que los pies descalzos, como es costumbre andar en el campo, es una vía fácil de infectarse de cuantos parásitos existen en la tierra. También les hablé de la prevención de enfermedades graves a través de las vacunas.

Se empezaron a aplicar las vacunas: Pentavalente, Antigripal, Rotavirus, Polio y Neumococo. Se vacunaron un total de 21 personas entre niños y adultos. Sólo un niño, perteneciente a una religión evangélica se negó a vacunarse, argumentando que él había hablado con su Señor Jesús y que él le había prometido protegerlo de cualquier enfermedad. Dije a algunos de los presentes que en una ocasión fuimos a un caserío llamado la Aguada, muy cerca de San Antonio, y hubo una persona que no quiso vacunarse, y fue el único que murió al año siguiente de Fiebre Amarilla, enfermedad hemorrágica transmitida por el zancudo y cuyo reservorio es el mono.

Al mediodía nos sirvieron la comida: pollo guisado y carne en salpresa, espagueti, arroz blanco, caraotas negras y tajadas fritas. Mientras hacíamos la siesta tuve la oportunidad de hablar con Luis Cortez. Me dijo que las tierras de Guanare Viejo eran muy buenas para la producción de ganado. Que él tenía doce años viviendo allí y le había ido muy bien. Contó que había productores que con cuarenta vacas sacaban veinte kilos de queso diarios.

Luego pasamos al otro lado del río a visitar a la familia Daza: Cruz y Juan. Viven exclusivamente de la agricultura; producen todos los rubros: maíz, caña, ñame, ocumo, lechosas, piña, jengibre etc., pero en especial topochos. Son seres de una gran humildad y sencillez.

De regreso nos detuvimos en la finca de Nicacia Martínez y Otilio Cortez. Vacunamos y emprendimos el regreso a casa.

Zordy Rivero
Viernes, 28-04-2012