miércoles, 27 de febrero de 2019

HIJOS ILUSTRES DE ARISMENDI VIII

Carlos Cadena, Maestro de Escuela

Carlos Vicente Cadenas Velázquez nació en el fundo “Las Cañadas” de la comunidad de Mapurital del municipio Arismendi una mañana del 4 de noviembre de 1932. Fueron sus padres Carmelo Antonio Cadenas Ribas (de Parapara de Ortiz) y María Emilia Velázquez de Cadena (de Camaguán). Se conocieron, enamoraron y comprometieron en el pueblo de La Unión. La madre ya había enviudado de su primer matrimonio. De este segundo, nacieron tres hijos: Ismael, Eladio y Carlos Cadena. Su infancia se desenvolvió entre las faenas propias del campo llanero. A los diez años comienza a estudiar en la escuela Estadal “Unitaria”, ubicada en una casa donde actualmente funciona la Alcaldía, y cuyo director era Ramón Villegas Izquier. A su ingreso, Carlos ya sabía leer y escribir, gracias a las enseñanzas de la madre en casa. Al mes de estar en la escuela es pasado a cursar el segundo grado por su aventajada preparación.

Debido a la gestión de Villegas Izquier la escuela fue llamada Grupo Escolar Nacional “Unión”, que funcionó en la casa del bachiller Ramón Cisneros. Allí laboraron los maestros Calazán Diaz, (de San Fernando de Apure); el bachiller Sánchez, Níger Pinto (hijo de Gustavo Emilio Pinto, quien era la vez, telegrafista del pueblo) y Efraín Contreras.

Concluido el sexto grado Carlos es designado como maestro en la población de Guadarrama, debido en ese entonces, a la carencia de docentes. De modo que a los 16 años se independizaba de la familia. En Guadarrama trabajó durante un año y medio, y habiéndose inscrito en el servicio militar obligatorio, sale sorteado con el número 2. El padre de Carlos habla con el Prefecto Ulpiano de Santiago un general retirado, salido de las filas del gomecismo —, para que el hijo no fuera al servicio militar, dada su condición de maestro de escuela. En esos días se había creado la escuela de paracaidismo en Maracay, por lo que Carlos prefirió renunciar al cargo y enrolarse en el contingente de paracaidistas. Antes de cumplir los 17 años se encontraba en Maracay. Apenas llegó fue escogido para hacer un curso relámpago de paracaidista, apenas en un mes, a falta de instructores. Carlos formó parte de los fundadores de la escuela de paracaidismo de Maracay.

Cumplido dos años de servicio militar se va a Maturín a trabajarle al gobierno de Pérez Jiménez como detective, a la orden de la Seguridad Nacional. Después ejerce como secretario de la policía de Maturín. Al cumplir dos años en la ciudad oriental regresa a Maracay y posteriormente a Arismendi.

Ya en su pueblo, fue contratado como maestro en la Escuela Básica “Unión”, cuyo director era el maestro Pedro Escalona. En dicho cargo permaneció diez años. Recuerda entre sus alumnos a William Amaya, quien era un destacado estudiante, José Pérez, Manuel Hurtado Torres, los Morochos Bianco (hijos de Nicolás Bianco, hermano éste de Jesús María Bianco, Rector de la universidad Central de Venezuela), Juan y Alejandro Pérez, Manuel Cruces Cisneros (Totoito).

Carlos fue uno de los fundadores del partido Social Cristiano (COPEI) en Arismendi. Refiere con orgullo su cercana amistad con el doctor Rafael Caldera.

Siendo maestro de escuela contrajo nupcias con María Luisa Román Alvarado (hija de Eliecer Román y Ofelia Alvarado de Román).

A causa de problemas personales con los directivos de Educación en Barinas, le fue suspendido el sueldo, por lo que se vio obligado a renunciar a su cargo de maestro. Se traslada a Santa Barbara de Barinas como prefecto, cargo que ejerce durante dos años. Nuevamente vuelve a Arismendi, pero esta vez como jefe de campaña para las elecciones de 1963, en apoyo a Rafael Caldera a la presidencia de la república; contienda en la que resulta ganador Raúl Leonis de Acción Democrática. En esos días muere el registrador César Aponte, por lo que Carlos asume el Registro municipal, permaneciendo en el mismo por dos años. 

Luego, su próximo destino —a los 42 años— sería la ciudad de Valencia, pero solo, pues su familia quedó en Arismendi. Ya estable en su trabajo, seis meses después, regresa por su mujer y sus tres hijos:  Luisa Emilia, Nancy Xiomara y Melvis Margarita. En Valencia nacen Mercedes Saramí, Carlos Eduardo y Yelitza Coromoto Cadenas.

*
Les recomiendo a mis amigos del mundo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.

Domingo, 27-02-2019
Zordy Rivero, Cronista

domingo, 10 de febrero de 2019

LUCAS ROJAS, UN AUTODIDACTA

En Arismendi existe una populosa barriada que lleva el nombre de “Lucas Manuel Rojas” en honor a un personaje que vivió en ese sitio a mediados del siglo pasado.  Un terreno de unas cinco hectáreas —a un lado del cementerio municipal—, donde Lucas Rojas vivió sus últimos años, trabajando la agricultura y criando animales domésticos.

Lucas Manuel Rojas Hernández nació en Arismendi el 18 de octubre de 1916, hijo de Pedro Rojas y Clara Rosa Hernández. Logra estudiar solamente un año de educación primaria en una escuela estadal ubicada cerca de la casa de mi madre, Gregoria Rivero (hoy calle Rómulo Gallegos), y cuyo maestro era el doctor Granadillo Padrón, quien a la vez ejercía la medicina privada.

Lucas Rojas tuvo su primer hijo con Rosa Tarazona: Amado Roger Rojas Tarazona y catorce más con María Angelina Encinoza, su compañera de toda la vida.

Lucas fue un autodidacta, llegando a ocupar casi todos los cargos públicos importantes: Guardapesca; Secretario del Tribunal; Juez del distrito durante siete años; Secretario de la Prefectura; Prefecto; Fiscal de Llano y Sub-inspector de Llano en Santa Bárbara de Barinas. También se destacó como poeta, compositor y músico de guitarra, cuatro y las maracas.

Existe una anécdota sobre la destitución de Lucas Rojas del Tribunal de Arismendi. En esa época no existían carros en el pueblo, cuando aterrizó una avioneta en el aeropuerto con un viajero que además era un supervisor de tribunales. Lucas trató de conseguir un burro para ir a buscar al desconocido personaje. La distancia de la pista hasta el pueblo es de casi un kilómetro, y en invierno sólo existían caminos llenos de lodo. De modo que cuando Lucas consiguió el burro el hombre iba llegando a la plaza Bolívar, todo lleno de barro y no muy a gusto. Esto le valió a Lucas que lo destituyeran del cargo de Juez.

Lucas Rojas casó con María Angelina cuando tenían tres hijos. En esos días  llegó al pueblo un poeta Arichunense: Leonzo Isidoro Páez, hombre muy instruido, director del “Banco Agrícola”, quien se hizo compadre de nuestro biografiado. Aquel sabio instó a su compadre a que sacara a sus hijos de Arismendi para que continuaran sus estudios, pues, de otra manera sólo iba a indios. A raíz de aquella sugerencia, Lucas compuso unos versos y se lo entregó al hijo Ilustre de Arichuna para que lo leyera y corrigiera:

Cuando las glorias mundanales desprecié
Fue por entregar mi corazón al campo
Aquí entrego el abecedario a mis tres hijos
Que los quiero tanto
Aquí dicen que formaré indios
Y esos que dicen tienen la mezcolanza
Que a lo mejor no conocen al indio de la Mancha
Que fue escudero del caballero andante
Si no tienes un hijo de la mano
Ama a la tierra, ama a ese bello campo
Ahí los ideales se identifican
Es una sola la esperanza
No existen ricos poderosos
Ni inteligentes adulantes.

El compadre leyó el poema y luego se lo devolvió a Lucas, diciéndole que no había nada que corregir.
Lucas Rojas muere el 18 de octubre de 2002 a la edad de 85 años, y María Angelina muere en 2010.

*
Les recomiendo a mis amigos del mundo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.

Domingo, 10-02-2019
Zordy Rivero, Cronista

viernes, 1 de febrero de 2019

HIJOS ILUSTRES DE ARISMENDI VII

Néstor Rojas, Memoria Viviente de Arismendi

Este hijo Ilustre de Arismendi es una de las personas que posee un mayor caudal de conocimientos sobre la historia de nuestro pueblo llanero. Debería ser considerado como Cronista Emérito de Arismendi. Actualmente se encuentra resentido de salud, la cual se ha agravado debido a la inesperada muerte de su señora esposa, acaecida a finales del año 2018. Gracias a conversaciones con ‘El Catire’ he podido escribir crónicas relacionadas con los primeros negocios o bodegas, y la primera bomba de gasolina de Arismendi, por allá en los años cuarenta.

Néstor Alberto Rojas Encinoza (El Catire) nació en la población de Arismendi el 10 de octubre de 1947, hijo de Lucas Manuel Rojas Hernández y María Angelina Encinoza (difuntos).
Estudia la Primaria en la Grupo Escolar Nacional Graduado “Unión” (ahora “María Torrealba de Ochoa”). La escuela estaba ubicada en la calle Plaza, en la casa de Ramón Francisco Soto, mejor conocida como “La Sotera”. Culminado el sexto grado viaja a Calabozo estado Guárico en 1966, donde Inicia su primer año de bachillerato en el Seminario “San José” (escuela Técnica de Agricultura). Recuerda Néstor que mientras culminaba el primer año con el profesor de castellano y literatura: Andrés Segundo Rodríguez, éste les mandó a realizar un trabajo sobre ortografía. Néstor llevaba 18 puntos como nota previa  y logra sacar 18 en el examen final, además, obteniendo en el trabajo la nota de 4 puntos.

Néstor era un experto conocedor de la ortografía Castellana, adquirida mientras estudiaba cuarto grado con el sabio maestro Carlos Cadenas. También recibió ayuda de su padre Lucas Rojas.
“¿Qué haré con el joven Rojas?, se preguntaba el profesor, pues yo jamás he calificado por encima de 18; el caso es que Rojas suma ahora 22 puntos.

El profesor consulto a los demás estudiante preguntándoles si le ponía a Rojas 20. Que era la máxima calificación La mayoría respondió con un Sí.
“Bueno Rojas, le voy a poner veinte. En siete años que llevo dando clases en esta escuela sólo he calificado hasta dieciocho… siempre hay una excepción. Aun así le quedaré debiendo dos puntos; me recuerda para agregárselo el primer bimestre del segundo año”.

En el mes de julio Néstor volvió a Arismendi, de vacaciones, pero a su regreso a sus estudios en Calabozo se les notificó que el profesor Rodríguez había sido trasladado a otra institución. Para la mayoría de los estudiantes esta fue la mejor noticia del año. Les asignaron una maestra de escuela que en su inicio indicó las lecturas de las novelas de Rómulo Gallegos, que estaban en aquellos días en su pleno auge. A Néstor se le hacía difícil comprarlas (doce bolívares cada una) debido a sus limitaciones económicas, de modo que sólo le quedaba escuchar las fragmentadas lecturas de sus compañeros, cuando se lo permitían. Esto trajo como consecuencia que sus notas bajaran a un promedio de 15, cuando había sido uno de los mejores estudiantes de su grupo.

Concluido el segundo año de bachillerato regresa al pueblo y empieza a trabajar como dependiente en el negocio de Pedro Bolívar López, a la vez que ayudaba al padre en una pequeña finca agropecuaria en la periferia del pueblo —hoy el barrio “Lucas Manuel Rojas”.

Posteriormente presenta el examen de admisión en la Escuela Técnica Agropecuaria de la ciudad de Calabozo del estado Guárico; una vez seleccionado estudia durante tres años, egresando con el título de Perito Agropecuario en 1968.

Trabaja durante poco tiempo en La Oficina de Desarrollo Agrícola del Sistema de Riego de Calabozo (ODASIR). Luego regresa a Arismendi donde desempeña varios cargos públicos: Escribiente de la Prefectura Civil en dos ocasiones; maestro Nacional Rural de la escuela “San Vicente”; Supervisor  del levantamiento del 4to. Censo Nacional Agropecuario realizado en 1971; levantamiento del décimo primer Censo Nacional de Población en 1981 en Arismendi; Síndico Procurador Municipal; Secretario temporal del Juzgado Subalterno del municipio Arismendi, en dos oportunidades.
   
En 1967 Néstor Rojas se casa con Rosa Sánchez, hija del destacado arpista Vicente Sánchez. De esa unión nacieron Néstor Alberto, Luis Alfredo y Rosa María Rojas Sánchez. De esa época escribe estas coplas:

Mi Vida en Resumen

A veces me pongo a pensar las cosas de la vida mía
Me retiré de un seminario cuando era un niño todavía
Tal vez por no estudiar el latín y la teología
Pensando que sería un fracaso esa profesión que yo quería
Pero siempre egresé de una escuela con el título que quería
Y los conocimientos allí adquiridos aun latentes todavía
Embargado por la nostalgia me puse a escribir un día
Como heredando de mi padre esta virtud que él tenía
Después que murió mi padre aun persisto con la porfía
De seguir escribiendo versos con pasión y letanía
Adornando con mi pluma el matiz de mi poesía
Para que un músico de cuatro le coloque la melodía
No conozco de matemáticas, de química ni biología
Pero si conozco de verbos y algo de filosofía
Madre de todas la ciencias en todita la geografía
Me despido pidiendo excusas a los expertos en poesía
No soy de avance en lucha poemaria
Apenas soy el aprendiz que escribía
Mi padre fue Lucas Manuel y mi madre Angelina María
Ayer se murió mi madre, no me queda ni una tía
Sólo catorce hermanos queridos, todos vivos todavía
Y mis tres hijos concebidos con la negra Rosalía
Néstor Alberto el primero, Luis Alfredo y Rosa María.

Es de hacer notar que para el año de 1981 existían en Arismendi 400 casas, la mayoría de techos de zinc y palma, y con paredes de astillas de palma cubiertas de barro. La realización del Censo y Croquis estuvo bajo la supervisión de Néstor Rojas y Chicho Castillo.

Al cumplir su padre 85 años “Catire Lucas” le compone un poema:

Poemas a mi Padre
Papá, permíteme felicitarte hoy
Al cumplir tu 85 aniversario
Y mucho más aun
Por haber heredado de ti
Uno de tus grandes atributos:
La vocación literaria.

Tras la muerte del padre, “Catire Lucas” le escribe un poema como una muestra de sincero aprecio:

Papá, los reales se acaban fácil
Pero tu buen nombre es distinto.
Así lo envuelvan los años
Por una capa de olvido,
Cada vez que se mencione
Tu buen nombre será el mismo;
Es como el sol que se oculta
Y vuelve con igual brillo.

Otros poemas destacados son: “Elogio a mi Pueblo; “Para ti Hurí”; “Romance a mi Padre”; “El Gabán del Cacianero”; “Así es mi Tierra”; “Rumbos y Recuerdos”; “Muchachita Arismendeña” y “Campanillas del Guanare”.

Desde el año 2000 (su último trabajo) se desempeñó como empleado-administrador de la farmacia “Santa Marta”, primer expendio de medicinas de Arismendi y propiedad de José R. Sánchez.              
*
Les recomiendo a mis amigos del mundo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.

Domingo, 01-02-2019
Zordy Rivero, Cronista