domingo, 5 de junio de 2011

QUIENES HABLAN Y ESCRIBEN EN VENEZUELA

Desde el comienzo de la revolución Bolivariana comencé a escuchar programas de radio y televisión, y a leer artículos de prensa, siempre de ambos bandos: los afectos al presidente de la República y la de sus oponentes. Supuse que cada bando defendía intereses religiosos, culturales, militares, políticos, de clases etc.

Empecé a hacer una investigación de los que hablaban y escribían a favor de la oposición y mi sorpresa fue grande al conocer que representaban a la mayoría de los pudientes que integran una sociedad. No era de extrañar, pues habían perdido muchos de sus privilegios que construyeron en la vieja democracia con el objetivo de eternizarse en el poder.

Hubo un periodista de una ciudad importante que despotricaba de todo lo que hacía el presidente, y no obstante vivía en una de las urbanizaciones más ostentosas de la urbe, poseía un periódico y varias radios. Yo me preguntaba, ¿por qué en épocas pasadas no defendieron a la clase trabajadora con tanto ahínco? Muy simple, en esa época pasada sus intereses no se veían afectados. No hubo nadie que dijera: “vamos a compartir el poder con los pobres y desasistidos del mundo”… hasta que llegó el presidente Chávez.

Ahora está naciendo una nueva vanguardia que se prepara para hacerle la competencia en todos los ramos a esa clase burguesa que los había mirado por encima de los hombros. Los pobres del País, los excluidos de antes, ahora dirigen periódicos, radios y otros medios de difusión masiva. También la rancia intelectualidad sigue manteniendo sus intereses, pero no de conformidad, pues han tenido que compartir el poder con el incipiente pueblo, creador de nuevos valores.

En Arismendi existe un hato, “Mata de Bárbara” que supera las 30.000 hectáreas, y que pertenecía a una sola familia: Los Bellosos. Actualmente viven y producen en esa extensión, rescatada por el gobierno Nacional, miles de campesinos, que jamás soñaron con un pedazo de tierra que no fuera la que les corresponde en el cementerio municipal.

miércoles, 1 de junio de 2011

NARRATIVA

Apuesta

Tendría yo diez años cuando presencié la apuesta de un bolívar en el fundo El Gadín. Habíamos almorzado cuando apareció Pedro Puerta, un hombre de la comunidad que vivía con la madre enferma, y que siempre andaba hambriento. Pidió comida a don Rafael Rodríguez, el dueño del fundo.

-Comida no hay, Pedro. Me temo que usted llegó tarde. Sólo tengo unos topochos maduros.
-Entonces deme topochos. Esos también quitan el hambre.
-Hagamos una apuesta, Pedro -dijo don Rafael-. Si tú te comes dos docenas de topochos te ganas un bolívar, sino, gano yo.
-Estoy de acuerdo, pero sin trampas -replicó Pedro.

Yo me encargué de entregarle los veinticuatro topochos, que uno tras otro los fue desapareciendo Pedro dentro de su figura esquelética. Le agregué uno de ñapa que también se comió.

-Deme mi bolívar porque me voy -dijo levantándose de un taburete.
-¡Calma amigo! -dijo don Rafael-. Acabas de ganar la apuesta de un bolívar y yo pagaré. Pero antes, tú me pagarás el bolívar de topocho que te comiste. Todo tiene un precio, Pedro.
-Eso es trampa. Si no me da el bolívar yo me lo como a usted vivo ahora mismo -dijo el hombre en tono resuelto.
-¡No es para tanto Pedro, aquí tienes tu bolívar!  -dijo don Rafael riendo y celebrando la salida del hambriento.

Arismendi, 01-06-2011
Zordy Rivero