lunes, 16 de diciembre de 2013

NARRATIVA

Un Encargo

La historia sucede en el siglo XVII en una ciudad de España. Soy ejecutor de encargos a la orden de personas de la nobleza. Soy experto con la espada y el puñal. Mi cuerpo está salpicado de cicatrices, pero nadie me ha vencido aún. Sé que algún día moriré de manos de mis superiores. Eso y más cosas sé, pero yo vivo el momento.

Mi próximo encargo es un amigo mío, o mejor, un pariente cercano y muy querido, pero ellos no lo saben. Busco a mi pariente y le informo que va a morir, que otros han determinado el fin de sus días, y que dé gracias a Dios por ser su ejecutor. Él acepta ser entrenado como se lo he propuesto. Cuando ya está listo con los pormenores del encuentro cito a mis superiores para que presencien la muerte del condenado. En la semioscuridad de un parque abandonado nos enfrentamos a un duelo a muerte. Sólo se escucha el sonido rápido y metálico de las espadas; después de un corto tiempo mi espada lo atraviesa de un lado a otro, acompañado de un quejido de muerte. Bañado en sangre cae a mis pies.

Los presentes han dado el visto bueno con un movimiento de cabeza y una sonrisa de satisfacción. Me acerco a recibir mi paga y a despedirlos… hasta un próximo contrato. Mi primo vive porque la espada ha pasado por un lado del tórax, justo lo necesario para romper la bolsa de onoto líquido. Esa misma noche él ha adquirido una nueva identidad y ha salido en silencio de la ciudad, para siempre. Es la primera vez que negocio con la muerte.

                                                                                                                                 Zordy Rivero, Escritor                        

miércoles, 27 de noviembre de 2013

CRÓNICAS

La tarde del 27 de noviembre de 2013 hice acto de presencia en la Escuela “Básica Unión” de Arismendi, con motivo del aniversario número 70 de su fundación. Está ubicada en la calle 8 de diciembre y es una Escuela emblemática del municipio capital. Fue un homenaje muy emotivo, pues allí se dieron cita maestros y trabajadores de esa institución, jubilados algunos y otros activos. Me acompañaron en la mesa de invitados el profesor Alí Yajure, Geno Yajure y Eliezer Liscano, y el recuerdo de los primeros docentes que laboraron en aquella lejana época estuvo en el ambiente, como una presencia cercana y tangible.

Con el título de CRONICA: UN PUEBLO Y SU GENTE, apareció en el año de 1993 un artículo en el primer número de El Arismendeño,  de nuestro colaborador de Valencia don Julián Laya B., el cual reproduciré como un homenaje a tan eminente personaje de la historia de nuestro pueblo, de una fructífera y apasionada vida de poeta y coplero. Notarán que la escritura es muy sencilla, como si Julián le contara a un interlocutor que tuviera al frente sus remembranzas y vivencias, que fueron únicas en la historia de un país que  a duras penas salía del feudalismo y del atraso.


“Abarcar con un solo plumazo en una crónica periodística el acontecer histórico de un pueblo, es imposible. Necesariamente habrá que separar dos épocas distintas diametralmente opuestas: una que corresponde a la Venezuela de ayer, extorsionada bajo la cruel y sombría dictadura del Sátrapa de La Mulera, Juan Vicente Gómez, quien se entronizó en el poder por veintisiete años consecutivos, y manejó el país a su caprichoso y antojo como una hacienda de su pertenencia, olvidándose por completo de la provincia, borrada del mapa, como si no fuera parte de la geografía venezolana.

La otra que comienza a raíz de la muerte del dictador, con el gobierno del general Eleazar López Contreras, período en el cual Venezuela recupera un nuevo perfil y clarifica su imagen.

Con esta observación razonada, trataremos de dar luz verde a los recuerdos para referirnos a un pueblo sepultado en el olvido de un rincón barinés; este pueblo separado de los estados centrales, sufrió con estoicismo ejemplar los embates del despotismo, y esperó con resignación franciscana la aurora de nuevos horizontes. Nos estamos refiriendo a un pueblo noble, hospitalario, acogedor y fraternal: Arismendi, capital de un importante distrito (municipio) del Estado Barinas, que lleva su mismo nombre, el cual se encuentra ubicado en la margen izquierda del río Guanare.

Arismendi ha tenido en la distancia del tiempo amaneceres y ocasos, en el sentido de abundancia y escasez. Fue próspero en una época que no regresó jamás: la comercialización en la compra-venta de las plumas de garzas que Francia pagó a precio de oro; y como en la región había numerosos dormitorios como hábitat de las garzas, el trabajo de recolección de plumas era relativamente fácil, venciendo desde luego los rigores del ambiente. Como ya hemos dicho, estando Arismendi a orillas del río Guanare, arteria natural de libre navegación, permitía el enlace comercial con los pueblos que tenían el privilegio  de tener la vía. El transporte consistía en bongos hechos de una sola pieza; eran de madera seleccionada: jabillo, cedro amargo, caoba y samán. El comercio de Guanarito vendía su abundante producción en Arismendi, y allí mismo compraba lo necesario sin tener que bajar a San Fernando, plaza ésta que a su vez intercambiaba su producción con Ciudad Bolívar.

Para las nuevas generaciones conviene que sepan que para la época que narramos no existía una navegación motorizada, sólo embarcaciones movidas por remos y palancas, actividades que desempeñó el hombre de ayer con amor y sin protesta, pese a la recia tarea cotidiana bajo los rayos de un sol inclemente y calcinante.

De las firmas comerciales del Arismendi de entonces, cabe mencionar las que tenían mayor capacidad económica: Martí &amp Avenante, Carmelo y Augusto Ribas, Cecilio Sosa &amp Co, Soto  &amp Montenegro y Hermanos Laya, quienes disponían de una numerosa flotilla de embarcaciones.

Nada es permanente. Los grandes imperios han caído de su pedestal como un castillo de naipes. Arismendi no fue la excepción y la terrible crisis de los años de 1930 al 35 oprimió tanto su economía, al extremo de que el valor de una res adulta era de treinta o cuarenta bolívares, un ciento de topochos, dos bolívares; una fanega de maíz (156 kgs.) 16 Bs, y pare de contar; las cosechas se perdían por dos factores: un obrero ganaba dos bolívares diarios, pero tampoco había dinero para nada. A tal crisis se agregó el flagelo de las enfermedades endémicas: tuberculosis, paludismo, viruela y otras que diezmaron la población y enlutaron muchos hogares; sin embargo, con todo lo adverso, Arismendi no claudicó con sus tradiciones. En lo religioso siempre estuvo presente el culto de su Excelsa patrona, La Inmaculada Concepción, y en lo folklórico cantos de aguinaldos por las calles amenizadas con furruco, cuatro y maracas, cuyo promotor era Braulio Cuba; juegos de gallos, carreras de cintas a caballos, y en fin, el deporte más entusiasta y peligroso: los toros coleados en la calle “Banco Alto”. Para esa época no existía manga de coleo, por lo cual había que arreglárselas bloqueando las boca-calles con varas de bambú y palma.

No había la necesidad de alquilar los toros, pues los dueños los prestaban muy espontáneamente y toro que se malograba, se le regalaba al pueblo. Hoy es distinto.


Muerto Gómez, asume el poder provisionalmente el general Eleazar López Contreras por disposición del Consejo de Ministros y, más tarde, a principios de año de 1936, es ratificado por el Congreso como presidente Constitucional. Esta mención es necesaria para exponer que en este período, Arismendi comienza a gozar de algunos beneficios que le habían sido negados siempre, como población “cenicienta” del Estado Barinas. En 1937, queda instalado el servicio telegráfico, siendo su primer operador Ramón Naranjo y otros como Remigio Tortolero, Niger Pinto, Pablo Alayón y José L. Gómez. En cuanto a la vía postal, mejoró relativamente porque Arismendi seguía siendo un pueblo muy aislado. Sus administradores, en sus últimas décadas, fueron: Petra de Torres, Josefina Menéndez, quien estuvo en el cargo desde 1942 hasta 1954 y Pedro Laya Oliveros, hasta su muerte.


LA EDUCACION
En 1925, que recordemos, Arismendi contaba con tres escuelas privadas: la de Doña Celsa, la de Carmen Aveledo y la de Manuel Granadillo Padrón y, posteriormente, transcurrido un tiempo considerable, funcionó la Escuela Estadal Nº 8, para niñas, y la Escuela Unitaria Nº 1.024, que reabrió sus actividades el 26 de enero de 1943.

Para entonces ningún educador quería probar suerte ofreciendo sus servicios en tan apartada región, sin embargo, un joven maestro cargado de inquietudes y de sueños aceptó ir a Arismendi como educador. Su nombre: Ramón Villegas Izquiel. El año de 1944 se fusionaron las Escuelas Unitarias ya mencionadas bajos los auspicios de la que se llamó “ESCUELA CONCENTRADA Nº 2” y Ramón Villegas fue su fundador. El 8 de septiembre de 1945, la Escuela Concentrada tuvo tres maestros: Ramón Villegas, que daba 5º y 6º,  Niger Pinto, 3ro. y 4to. grados y Josefina de Villegas (esposa de Ramón), primero y segundo grados. Ramón Villegas estuvo en la Dirección del Plantel hasta el año de 1947 y cabe recordar una actividad muy valiosa: la creación de un periódico local, “CURARE” que, aparte de divulgar el acontecer cotidiano de la población y de la cultura, también tenía una parte  humorística, muy común del venezolano.

Otro director preocupado por la cultura fue Samuel Eduardo Qüenza, quien editó un pequeño periódico con el nombre de “ALGO”, de corta duración,  por la ausencia indefinida de su fundador.

El distrito Arismendi con sus respectivos municipios (Parroquias): La Unión, Guadarrama y San Antonio, fue y sigue siendo semillero fecundo de profesionales universitarios que han dado al país una enorme cuota de progreso en todas las ramas del saber humano y, sobre todo, porque cada profesional en su especialidad ha honrado el gentilicio con el comportamiento que demandan las buenas costumbres, conservando los principios de equidad y de justicia.

En esta crónica sólo abarcaremos el acontecer del municipio capital Arismendi, y a continuación mencionaremos la nómina de Directores y maestros que con mística supieron darse como apóstoles de la educación regional. Ellos son:

DIRECTORES
Ramón Villegas Izquiel –Fundador.
Rafael Eduardo Rojas
Efraín Contreras
Samuel Eduardo Qüenza
Rafael Segundo Suárez
Pedro Rafael Escalona, del 53 al 66, Director de reconocidos méritos por su afán de hacer algo más benigno el camino de otros.
Francisco Montoya
Carlos Laya
Felipe Romero
María Torrealba de Ochoa, y
Alcides Villegas como Sub-Director.

Nómina de Maestros
José Calazán Díaz, Ramón Villegas, Rafael Eduardo Rojas, Josefina de Villegas, Manuel Rojas Barco, Arnaldo Morales, Niger Pinto, Adelaida Pérez Bencomo, Domingo Peña, Amanda Benitez de Contreras, Pedro R. Escalona, Manuel Tablante Garrido, Rosa Carrizález, Concepción Cisneros de Escalona, Félix González, Félix Moreno, Blas Morales, Josefina de Moreno, Margarita de Noguera, Isabel de Venero, Adela de Duarte, Antonio Sequera, Lucila Romero, Coromoto Garrido, Dilia Ochoa, Francisco Montoya, Antonio Dib, Ismenia de Gil, Alicia Gil, Elpidia de Lozada, Ángela Montero, José Antonio Pérez, María Torrealba, Hilda Venero, Irma de Figueroa, Carlos Cadenas, Margarita Cisneros, Carmen Blanco, Idelcira Hurtado y Armida Hurtado.
Esta nómina está comprendida hasta el año de 1966.


ALGUNOS PROFESIONALES UNIVERSITARIOS EGRESADOS DE LA ESCUELA “UNION”:
Médicos: Gil Laya, Roger Rojas Tarazona, William Amaya, Martín Serrano, Omar Bianco, José Rafael Escalona M., Manuel Rojas B.,  Denni Rivero, Tibisay Vegas Camero, Zordy Rivero y Henry Venero.

Abogados: Aldo Solano Rojas, Héctor Savery, Rafael Eduardo Rojas, Eufracio Reyes, Ángel Rafael Morillo, Magally Cisneros D., Arminda Hurtado, Manuel Cruces Cisnero, Julio Pedroza, Janio Sánchez, Gaudi Dominguez, Gloria Olavarrieta, Julio José Lozada.

Ingenieros: Nicolás Bianco H., Alida Escalona C., Gabriel Cisneros D., Vicente Escobar, José Gabriel Hernández, Bacile José Valera, Danilo Laya, Edmundo Laya.

Licenciados: Nicanor Ochoa, Eliezer Román A., Adhely Rivero, Migdalia Nieves, Fidias L. Acosta, Nelson Garrido, Marina Bianco, Irma Venero, Amanda León Acosta, Genaro Yajure hijo, Numa Pompilio Pinto, Miguel Ángel Valdez, Oscar David Yajure, Alí Yajure, Sara Laya, Atilano Rojas C., Luis Rojas C., Pastora Cisneros.

Otros Profesionales: Orlando Escalona C., Veterinario; Jesús Venero C., Veterinario; Napoleón Rojas C., Contador Público; Beatriz Bianco H., Lic. en Química; Vestalia Herera, Lic. en Relaciones Industriales; Ángel Escalona, Lic. en Relaciones Industriales; Poncio Figueredo, Lic. en Administración; Humberto Bianco, Economista; Noris Escalona, Bioanalista, Jesús Venero C., Bioanalista; Valdemar Soto, Narciso Pedroza, Manuel Peraza Rivero, Otilia Peraza Rivero, Mayra Castillo, Rafael Sánchez, Enrique Nieves, William Yajure Moreno, María de Jesús Linero, Miriam Pedroza.

EL ARISMENDEÑO mantendrá vigente una crónica que reflejará en cada edición, los hechos más resaltantes sobre la vida de Arismendi. En la que aquí presentamos sólo abarca hasta el año de 1966. Mucho nos queda por informar en nuestro periódico, pero la idea es empezar, y contamos con la colaboración indispensable para sostener un órgano de comunicación social que rescate del olvido a un pueblo que con entusiasmo ejemplar soportó el flagelo de las dictaduras.



Queremos cerrar esta crónica al referirnos nuevamente al deporte de mayor trascendencia de la región llanera, como son los toros coleados, que han dado colorido al programa de “Las fiestas patronales”.
 Los más entusiastas coleadores en la década 1950-1966 fueron entre otros, los hermanos Venero (Pedro Vicente y Pedro Jesús), Ramón Linero, Narciso Montoya, Antonio León, Julián Laya, José Rafael Escalona, Felipe Mejía, Ángel Domínguez, Los hermanos Sandoval, Gustavo Gómez y Cleto Valdez.

Julián Laya”.


Zordy Rivero, Cronista de Arismendi

sábado, 23 de noviembre de 2013

UNA GRAN BIBLIOTECA

El miércoles 20 de marzo de 2013 salí en la madrugada de Arismendi en compañía del señor José Leo, mejor conocido como Primón. Íbamos rumbo al caserío de Santa María de Canaguá de Curbatí, parroquia de ciudad Bolivia-Pedraza, donde viví aproximadamente seis años, a comienzos de la década pasada. Santa María es un caserío emprendedor, ubicado a pie de monte Andino, a 600 metros sobre el nivel del mar. Íbamos en busca de mi biblioteca.

La mudanza consistía principalmente en una biblioteca de 7.000 libros -sin incluir las revistas y periódicos-, de materias diversas: medicina, literatura, historia, filosofía y cultura general. Libros que fui acumulando a lo largo de los años, y para ser preciso, a partir de los 13 años de edad cuando me inicié seriamente en la lectura. Hasta la fecha he escrito diez libros de narrativa corta. Recuerdo que mi primer libro “Cuentos” fue publicado por la UNELLEZ, por el año de 1988, cuando estudiaba medicina. Pero en honor a la verdad, mi biblioteca consta de unos 10.00 ejemplares, distribuidos entre Arismendi y Valencia.

Ahora ya no compro libros, a excepción de algunos de la actual generación, pero continúo leyendo incansablemente, alternando con la escritura de crónicas, cuentos y artículos referentes a la salud.

Durante mi estadía por seis años en Santa María donde llegué a mediados del año 2002, aprendí sobre el comportamiento del campesino serranero. La mayoría de ellos procedían de los campos y pueblos de Trujillo y Mérida. Noté al principio que tenían un sentido del respeto y de la palabra muy elevado. Para ellos la palabra empeñada es un documento de fe.

Una de las personas que me visitaba con frecuencia era el paisano y amigo Yofre Méndez, quien se hizo muy querido en la comunidad. Notamos que la gente del caserío tenía muy poco sentido del humor, y nosotros en el llano que lo tenemos de sobra comenzamos jugarnos con ellos y a contarle de los llanos bajos de Barinas. Al comienzo los viejos no aceptaban las “mamaderas de gallo”, porque lo veían como una forma de irrespeto, pero con el tiempo los jóvenes se alinearon con nuestra manera de ser y empezaron con sus cuentos y bromas, que muchas veces nos sorprendían.

También recibí en la soledad de mi finca La Laguna la visita de mi mujer Rita Venero, mis hijos Cesar Augusto y Yelitza Coromoto; al poeta Adhely, Rosemary Domínguez y Rodrigo Adhely; Denni Rivero y familia; Reina Flores, Héctor Castillo. Lo que más les impresionó fue la Laguna natural de cien metros de largo por 75 de ancho (donde Yofre sacó en una ocasión una cachama de 4 kilos 600 gramos); también el verdor de la vegetación que es permanente durante todo el año -debido a la abundancia de las lluvias-, es grata a los ojos del visitante; pero en sí lo más agradable es el frío que allí impera, que sólo permite la permanencia en los patios de las casas hasta las 7 de la noche, si se está bien abrigado con ruanas o mantas propias de la zona.

Mientras ejercía la medicina en Curbatí, recibí un crédito del gobierno bolivariano para sembrar cuatro hectáreas de café. Cinco años después el cerro se vino abajo destruyendo toda la plantación. La laguna natural con unas 4.000 cachamas desapareció de la pequeña propiedad como de  un plumazo. El ministerio de Ambiente tras realizar una inspección determinó que la zona debía ser evacuada, pues, debido al desastre ecológico fue declarada no apta para ser habitada. Fui exonerado del crédito y salí de Santa María, y creo que para siempre. Volví a Arismendi donde trabajo como médico Jefe del Ambulatorio Rural Tipo II, “Roger Rojas Tarazona”. También escribo las crónicas de Arismendi, sacadas del presente y de los ancestros de este criollo pueblo llanero.

Zordy Rivero, Cronista de Arismendi

sábado, 9 de noviembre de 2013

CRÓNICAS

Una Lamentable Experiencia

El 21 de julio del año 2012 llegaron procedentes de Barinas las médicas integrales Comunitarias María Alejandra Peña Márquez, 24 años y Doybel Angélica Delgado Loaiza, 24 años, egresadas de la primera promoción 2011 de la UNELLEZ.

Venían con la indicación expresa de hacerle la vida imposible (léase difícil) al personal del Ambulatorio Rural Tipo II “Roger Rojas Tarazona” de Arismendi, y en gran parte lo lograron. Ellas se prestaron a tal maniobra inducidas por la ambición de obtener escaños en el hospital Luis Razetti, cuando regresaran a realizar su internado rotatorio. Y digo que en gran parte lo lograron porque las recién tituladas estaban envueltas en su gran arrogancia, que les facilitó realizar el trabajo sucio de algún personero malintencionado de Barinas.

Abrieron un cuaderno donde el personal debía firmar a la hora de entrada y salida. Al trabajador que llegaba tarde, es decir, después de las 8 am, le pasaban una raya al resto de la página; a veces anotaban la hora de llegada de alguno que entraba después de la hora indicada, colocando una que otra observación. Al final de cada mes sacaban copias y las llevaban al distrito Sanitario N° 01 de Barinas, para el día de la presentación de cuentas. En el transcurso de los meses levantaron varios informes, que por supuesto, generaron confrontación con el personal, tratando de crear división interna, que al final no les funcionó, pues la unidad del equipo se mantuvo siempre firme.

Trabajar en un pueblo es muy distinto a hacerlo en una gran ciudad. En los pueblos pequeños se está más compenetrado con la gente, y ay de quien haga algún desplante al vecino. Ejemplo: Una enfermera sale de su casa a las 7:30 de la mañana para su trabajo, pero en ese instante la señora que vive en la esquina necesita que le apliquen a su marido una inyección intramuscular, para aliviar una lumbalgia. La servidora de salud no se puede negar así llegue tarde a su trabajo, sencillamente no se lo perdonarían sus vecinos, porque además es comadre de la señora del necesitado, o como sucede con frecuencia, son parientes, o ella siempre ha hecho el favor solicitado como parte de su desempeño. Lo que trato de decir es que en los pueblos casi todos somos familias, directa o indirectamente, y negarse a prestar un servicio fuera del trabajo es como echarse encima una condena que le costará la paz por siempre, con el agravante de la mala fama.

De modo que las nuevas médicas siguieron presionando al personal hasta que le levantaron un informe desalentador al ciudadano Efraín Chávez, firmado también por el médico veterinario Erwin Cunare (su jefe inmediato) y la licenciada Migdalia Landaeta. Lo llevaron a la gobernación de Barinas, de la cual depende, y de inmediato le suspendieron el sueldo y lo sacaron de la nómina de pagos por incumplir con su trabajo. Sólo porque en el mes de agosto el compañero viajó con su Iglesia al estado Amazonas a llevar ayuda,  asistencia humanitaria a algunas tribus muy pobres que viven en la gran selva. Mencionaré dos refranes muy populares que vienen al caso: La soga siempre revienta por el lado más delgado; y de mal agradecidos está lleno el mundo.
Por último, las escuelas Evangélicas del poblado recogieron firmas para ayudar al caído en desgracia, también lo hicimos nosotros en el Ambulatorio, con sus excepciones. En la gobernación se le canceló el salario caído, pero de su cargo original, que era el de ayudante de Veterinario, lo pasaron al de Promotor Social.

El 15 de diciembre las médicas comunitarias María Alejandra y Doybel dejaron Arismendi, tras haber cumplido su triste permanencia en el Ambulatorio. Nadie quiso hacerles una despedida;  la casi totalidad del personal se negó a regalarles una despedida fraterna. Quizás se pensó en una reconciliación, pero muy tardía. Al llanero se le hace muy difícil practicar la hipocresía. Entiendo que ellas cosecharon lo que sembraron.

A pesar que durante cinco meses se trabajó bajo una intensa presión, repito, la unidad del equipo se mantuvo. Ellas se marcharon y nosotros quedamos sirviéndole a un pueblo al cual nos debemos. A diferencia de otros médicos y estudiantes de medicinas que han pasado por nuestro centro de Salud, las referidas no recibirán nuestras visitas ni llamadas cuando vayamos a la ciudad marquesa. De eso estoy seguro, y quizás jamás volvamos a saber de ellas.

Arismendi, 19-12-2012
Zordy Rivero,  Cronista

martes, 5 de noviembre de 2013

NUEVAS COSTUMBRES LLANERAS

Hasta hace pocos años se veían en las calles de Arismendi hombres y mujeres montados en sus caballos, haciendo sus diligencias, y luego regresando a las fincas o conucos a sus labores comunes. En los días de fiestas se podían contar hasta sesenta caballos y mulos amarrados a las sombras de los árboles, mientras sus dueños libaban cervezas en un bar o hacían compras de vivieres.

Ahora podemos contar solamente motos en cantidades impresionantes. Los llaneros cambiaron sus monturas por las motos, que es un transporte más rápido, económico y cómodo. Son muchos los que revisan los potreros en sus máquinas de dos ruedas, y con frecuencia son usadas para realizar largos viajes, que en bestias tardarían días. Vemos estudiantes que acuden a las instituciones educativas, agricultores que sacan sus cosechas y las venden al menudeo; productores que traen leche a la Planta Procesadora. De manera que la vida rutinaria y lenta del llanero ha terminado, para dar comienzo a la era de la velocidad. Existen casas donde pueden contarse seis y más motos. Cada uno de los integrantes de la familia posee una, incluyendo a los más chicos.

Los beneficios son muchos: medio de transporte rápido, tanto de personas como de enseres domésticos. Pero también hay que destacar el número elevado de lisiados, jóvenes en su mayoría. En el pueblo de Arismendi contamos con un aproximado de treinta fracturado, con la consecuente carga familiar que ello implica. Varias muertes han ocurrido en años recientes. Mencionaré dos casos de una lista que crece cada día: hace unos cuatro años perdió la vida Germán Yajure, de 25 años de edad, cuando regresaba del caserío Las Calenturas; y más recientemente, Ángel Zabaleta, de 25 años, quien el treinta de enero, en la vía Totumal-Arismendi, impactó la moto contra un camión estacionado. Era un cantante de música cristiana muy apreciado en el pueblo. Otra de las desventajas es el abuso en el exceso de velocidad en las calles, donde ya ha habido personas arrolladas; y además del ruido excesivo que generan los tubos de escape.

Sería un trasporte ideal y muy útil en manos de gente cuerda y juiciosa, pero en manos de aventureros y personas inmaduras es un peligro potencial, tanto para conductores y peatones. La esperanza es que los motorizados adquieran la conciencia necesaria para entender que el abuso trae consecuencias graves, y que si no respetamos al otro, no tenemos derecho a reclamar cuando nos convirtamos en víctimas. La fe está puesta en que las mujeres sirvan de ejemplo; ellas, que en su mayoría son buenas conductoras, comedidas y juiciosas. Una de las medidas para controlar el exceso de velocidad, y que se ha optado últimamente, es el levantamiento en las calles principales de muros: (policías acostados), hasta tanto la municipalidad asuma el control.

Siendo el municipio Arismendi una de las economías más prosperas y estable del estado Barinas, el auge de este tipo de transporte ha contribuido al florecimiento de agencias de ventas de motos y repuestos, además de la abundancia de talleres mecánicos. Al menos unas cien familias se benefician con este tipo de negocios de forma directa e indirecta.
Lunes, 28 de junio de 2012
Zordy Rivero, Cronista de Arismendi

domingo, 27 de octubre de 2013

CARTA DE UN AMIGO

A mediados del año de 1995 recibí una carta de don Julián Laya, donde hace referencia a uno de mis libros y asuntos relacionados con Arismendi. Participó en su juventud como colaborador del periódico “Curare”, que apareció en 1944, editado por el profesor Ramón Villegas Izquiel. También fue un colaborador cercano del periódico “El Arismendeño”, publicado por Adhely y mi persona. A don Julián se le conoce por haber fundado una Academia de Inglés en Arismendi, y ser autor de varios libros de coplas, entre ellos, Rastrojo y Tinajero, editados por la universidad de Carabobo. Este año 2013 murió en la ciudad de Valencia. Mi respeto y admiración a la memoria de uno de los grandes hombres que han dejado su huella en la historia de Arismendi.

Deseo compartir esta hermosa carta con la gente de mi pueblo, por su relevancia en cuanto a algunos postulados que nos regala el viejo amigo y que aún tienen plena vigencia. Además, la carta es parte de esa historia que estamos rescatando de los archivos del olvido:



“Valencia, 07 de Julio de 1995

Dr.
Zordy Rivero
Arismendi.

Apreciado amigo:
Posiblemente le extrañe esta carta, pero recordar es vivir dijo un poeta, y el inquieto pensamiento me invitó a escribir.

En la oportunidad de haber visitado nuestro pueblo en compañía de Adhely y Carlos Cadenas, lo hicimos con el más cálido entusiasmo; con el ánimo de cristalizar la idea tuya y de Adhely, de crear un órgano periodístico informativo, que llevara en parte, la cultura que tanta falta hace a los pueblos de las provincias venezolanas, y vio la luz EL ARISMENDEÑO. Sin tener dotes de vidente, de antemano conocíamos nuestra condición de quijotes, y yo, en particular pensaba que tan excelente iniciativa pudiera ser una utopía; sin embargo, no apagamos nuestro farol de caminantes, y dimos el frente queriendo disipar las tinieblas. Nos satisfizo mucho que la semilla quedó en el surco y que germinará cuando el hombre despierte del letargo que por ahora lo envuelve, y piense menos en el lugar donde se pueda encontrar una cerveza bien fría. Los esquemas cambiarán para dar paso a lo dicho por el Libertador: “MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES”.

Otros particulares se vinculan con nuestro tema central: La cultura y sus ramificaciones. Es un deber que nos asiste a todos, reconocer los méritos de muchos hombres de nuestras provincias, que cobijados por una constancia tenaz, han logrado coronar la cumbre sin fatiga, levantándose del nivel ordinario; y nunca será tarde para el reconocimiento. Por lo tanto, recibe, médico amigo, mi más sincero testimonio de ese reconocimiento, que no es un falso halago.

Tú, Zordy, como médico has sido un apóstol de tu pueblo y has penetrado en profundidad, la ética del Código Hipocrático, y has tocado con tu sensibilidad, el corazón del pueblo que te vio nacer.

Nuestra inquietud seguirá siendo como el sol que tramonta la montaña, y nosotros buscaremos su permanente luz, para hacer más fácil el camino de otros. En estos días de nostalgia y de lluvia he releído EL MUCHACHO DEL CHALECO ROJO. Tu narración muy fluida y amena, además de estar familiarizado con los lugares que son nuestros. Tus cuentos, en su mayoría, son dramáticos, y lo comprendo porque no solamente son la realidad de un pueblo, sino la vivencia de un país convulsionado que cada día va cuesta abajo, y no se vislumbra un capitán honesto que arribe la nave a un feliz puerto. ¿Qué puede esperarse de un hombre que llega al hogar dando tumbos, con una botella de caña en la mano, despertando a los hijos, y maltratando a su mujer?

¿Qué se puede decir de niños descalzos, y con la miseria a cuestas, sin alimentación y sin abrigos? ¿Qué lenitivo se le pone a la prostitución que crece como un pulpo? Para estos interrogantes no hay respuestas, cuando la moral camina de rodillas. Por esa lamentable situación, tus cuentos son dramáticos.

Los pueblos del distrito Arismendi, a pesar del olvido -en muchas décadas- por la indiferencia de sus gobernantes, han sido privilegiados: han sido semilleros fecundos que han dado los frutos de sus conocimientos a todo lo largo y ancho del país, en profesionales de las distintas ramas del saber humano: Médicos, Arquitectos, Ingenieros, Educadores, Abogados y hasta poetas. Entonces, nuestro aporte está dado con abundancia, como las semillas del trigo, y así estamos contentos por el deber cumplido.

Yo, Médico (Zordy), añoro con alegría y con un poco de nostalgia a la vez, toda mi época feliz, como lo dijo Dante; no tengo pesadumbres, sino cantos y amaneceres, como los pájaros, que aprenden a querer oyendo el río.

La vida de las ciudades es distinta: el hombre que trabaja, podría compararse con las agujas de la máquina de coser, vale decir, que no está arriba, ni abajo ni en el medio; y cuando llega medio arrecho porque un conductor le ha mentado su progenitora, almuerza de mala gana, se va a reposar, cosa que no logra, porque tiene dos enemigos combinados: el timbre y el teléfono. Suena el primero, y es un vendedor de repuestos para los filtros; repica nuevamente, y es un chico que se le cayó la pelota para nuestro solar o son un par de viejas fanáticas que dicen: ‘señor, estamos vendiendo una revista muy interesante, se llama Atalaya, la cual le habla de cómo debe leer la Biblia, porque estamos en los últimos tiempos’. El teléfono. Es una persona preguntando por Pedrito, marcando un número equivocado, y así sucesivamente.

Para concluir, abundo en comparaciones. Para vivir en las ciudades es necesario tener una paciencia de gato -Adhely te ampliará el concepto-, a quien se lo he transmitido de boca a oído porque no se puede decir en una carta.

Perdona tantas bolserías que contiene la presente, y me despido con un fuerte abrazo fraternal en unión de tu esposa y demás familiares, a quienes deseo salud y bienestar.

Afmo amigo.
Julián A. Laya”


Zordy Rivero, cronista de Arismendi

domingo, 20 de octubre de 2013

PLUMA Y LIRA DE MI TIERRA

Arismendi ha tenido grandes hombres y mujeres que se han destacado en el folclor llanero; algunos quedaron relegados en el olvido  por falta de promoción o por una oportunidad que nunca apareció. En cambio, hubo otros como el conocido poeta Eladio Tarife, que logró trascender los límites nacionales, producto de sus exquisitas composiciones musicales: Española, Amor en el Ruedo, Sueño Latino, Linda Barinas, entre otras.

Mencionaré algunos cantantes y contrapunteadores que se me vienen a la mente,  -la mayoría fallecidos. Ejemplo: Luis Hernández Tarife, Amalio Farfán, Genaro Yajure, Rafael Mirabal, Ramón Daza, Simeón Pérez  (Boca de Candela), José Lozada, Jorge Aponte y Reinaldo Rivero.

Entre los músicos que amenizaban aquellos distantes bailes pueblerinos destacaron: Isidro Mirabal, bandolinista de recia pajuela; Ramón Eliseo y su hijo Ramón, conocido popularmente como Boca é Pilón, ambos arpistas; Ezequiel Lozada, arpista; Rafael Rojas (Cuchurro), arpista de bordón sonoro; los hermanos Terronales (Roso y Genaro), arpistas y cuatristas respectivamente; Ramón María (Negro Mirabal) músico de guitarrón y bandolinista recio; María Josefa Venero, arpista, cuatrista y cantante -mujer completa en estos menesteres; el Catire José Alejo, arpista de sutil tiple; Esteban y Filemón Lucena, arpistas; Cleto Lanzoza, cuatrista completo, Carlos Mirabal, cuatrista, Néstor González, arpista recio y padre de uno de los mejores arpistas de Venezuela: Julito González.

Debo señalar que tuve la gran dicha de presenciar algunos retos de contrapunteadores en la década de los años 70, y unas de las impresiones que me dejó dicha actividad fue que al terminar una porfía, cada quien se consideraba ganador. No había jurado especializado para calificar los mejores versos de estos cantadores natos, sin embargo, los contrincantes tenían sus admiradores (seguidores que vitoreaban sus coplas). Lo cierto es que, al final de la “contienda”, tanto los  ganadores  como perdedores en este difícil ejercicio de habilidad mental, aceptaban con humildad y respeto, la realidad -favorable o adversa- según el caso.  A estos  titanes de la copla recia hay que recordarlos con mucho afecto, porque forman parte del acervo cultural  de nuestro suelo llanero. Le tocaron y cantaron al pueblo con cariño, al caballo, al toro cimarrón, a la mujer amada, a la sabana amplia y hermosa, y a las hazañas del llanero.

Desde el hogar y la escuela deberíamos empezar a conocer, querer y respetar a nuestros cultores, que vienen a representar nuestros valores de pueblo emprendedor.  Espero que la lista anterior se extienda con el devenir del tiempo.

Nota: Esta crónica se realizó con el aporte de información histórica del profesor y abogado Numa Pompilio Pinto Mirabal. Viernes, 16 de agosto de 2013. 
Zordy Rivero, Cronista de Arismendi

lunes, 14 de octubre de 2013

CRÓNICAS

Taller de Actualización 

El 18 de setiembre de 2013 llegaron a Arismendi procedentes de Barinas la licenciada Nohemí Guevara, jefa del Departamento de Enfermería del distrito Sanitario nº 01 del Estado Barinas; licenciada Yajaira Vecchione, Enfermera Coordinadora de Atención Integral del Distrito Sanitario Barinas; licenciado Franklin, Enfermero Coordinador Regional de Vigilancia Epidemiología; ingeniero en Sistemas Rafael Bravo, operador de equipos de computación del Distrito Sanitario.

El objetivo fundamental era impartir un Taller de Actualización del Programa Ampliado de Inmunización el cual se realizó entre los días 19 y 20 de setiembre en el Salón de la Casa de los Ancianos. Asistieron las enfermeras del Ambulatorio Rural Tipo II “Roger Rojas Tarazona” de Arismendi: Licenciada en Enfermería Migdalia Landaeta, Enfermeras Reina Flores, Rosa Valera, Marile García, Senail Córdova, Sara Romero; Clara Cunemo del Ambulatorio El Ubero y William Correa del Ambulatorio Los Conucos, ambos de la circunscripción Guadarrama; Yelis Maluenga de Caño Seco; Elis Pelayo de Palo Quemao. Estuvo presente el Técnico en Zoonosis Ángel David Andrade. También nos acompañaron un grupo numeroso de TSU en enfermería  recién egresados del CULTCA (Colegio Universitario de los Teques Cecilio Acosta) de la misión Sucre, núcleo Arismendi: Ingrid Quintero, Elida León, Suleine Martínez y José Realza entre otros.

Lo más destacado del taller estuvo a cargo de la Lic.Yajaira Vecchione quien expuso sobre la secuencia y regularidad en la aplicación de las vacunas en niños y adultos; la manera de llevar las estadísticas; la perspicacia a la hora de presentarse un paciente con la sospecha de una enfermedad infecto-contagiosa prevenible por vacunas; el seguimiento de los pacientes que se les ha aplicado las primeras dosis pero que necesitan los refuerzos. Habló de los dos tipos de vacunas Antirrábicas y manera de aplicarlas, en casos de mordeduras por perros sospechosos, que en muchos casos son perros desconocidos o callejeros. Con todo su saber y experiencia se explayó por varias patologías de la medicina, explicando sus síntomas, exámenes de laboratorio y posterior diagnóstico.

Toda esta información recibida me llevó a recordar la vez que estuvimos en un Operativo de vacunación en Palmarito, en casa del señor Delfín Ramos, a un día de navegación de Arismendi. Vacunamos y recetamos a toda la población excepto a un hombre, que por motivos inexplicables no quiso dejarse vacunar. Al año siguiente fue el único que murió de fiebre Amarilla. Ya nos habían alertados de que en la zona se habían encontrado monos muertos en número creciente y poco habitual. En casos como el mencionado, priva la creencia religiosa de que ellos son invulnerables a las enfermedades y por tanto no necesitan de ninguna ayuda médica, y en otras situaciones es por la ignorancia.

Este seminario se llevó a cabo gracias a la organización y participación activa de la Dirección de Salud de la Alcaldía, representada por el profesor Alí Yajure, quien dirigió palabras de bienvenida a los participantes. También se hizo presente el señor Martín Aponte, quien se prestó voluntariamente para llevar a la licenciada Nohemí, al licenciado Franklin, a la Dra. Arelis Peña, a la TSU en enfermería Marilie García y a la Socióloga Celina Cordero al pueblo de La Unión, a realizar un monitoreo en una zona “afectada” por la presencia de un caso sospechoso de Tosferina. Entre las actividades realizadas estuvo la vacunación de los pobladores, consultas médicas y charlas con la gente de la comunidad.

Quizás este sea el último Curso en Arismendi dado por estas dos licenciadas de Barinas, ya que este mismo año, con toda probabilidad, serán jubiladas. Supliéndolas en sus cargos quedarán los dos jóvenes profesionales que las acompañaban. Larga vida a estas dos eficientes trabajadoras de la salud del Estado Barinas.

Arismendi, 14-10-2013
Zordy Rivero, Cronista

martes, 24 de septiembre de 2013

ASFALTADO DE LAS CALLES DE ARISMENDI

El mes de septiembre del año 12 empezó un proyecto de asfaltado del pueblo de Arismendi; la iniciativa salió de Caracas impulsada por el entonces presidente de la república Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Fría. En septiembre del año 13 se logró asfaltar la calle Andrés Bello o calle Banco Alto (su primer nombre). No obstante hay que destacar que el trabajo ha quedado bien hecho con una base de piedras compactadas y dos capas de asfalto, que garantizará su perdurabilidad en el tiempo. La calle plaza será la siguiente en recibir tan esperado beneficio.

Desde los días de la fundación, Banco Alto fue una de las calles principales del poblado. Pero ¿a qué se debía su importancia? A través de ella pasaba la Avenida Bolívar que era una de las salidas o entradas del pueblo, según el caso, hasta encontrarnos con el cementerio que se destacaba entre unos samanes centenarios, en una zona alta, lo que no permitía que se inundara en la temporada de invierno. Esa misma vía nos comunicaba con El Baúl.

La segunda salida era la Avenida José Antonio Páez la cual servía de puerto a las canoas que traían cosechas de los campos aledaños. A principios del siglo pasado, en invierno, las aguas de las crecidas llegaban hasta la calle Banco Alto. En esa esquina existían cuatro casas. La de Juan Aparicio y su mujer Luperta con sus tres hijos, Francisco (Paco), Mireya y Sandra; en la segunda, Serano Tacoa, uno de los fundadores del caserío La Madrina. La tercera pertenecía a Clara de Bolívar y la cuarta a Manuel Chirinos, siendo esta última la única que se podía observar hasta hace poco, pues su nuevo dueño le está haciendo una remodelación que la dejará muy distinta a la primigenia. Esta vía era usada en verano por llaneros de a caballo y de a pie, pues a unos trescientos metros de la esquina, vía el cementerio, existía un caño muy caudaloso, que le pusieron el nombre de El Caño de Aparicio, debido a un potrero que el mencionado señor poseía en sus alrededores. La tercera salida era por La Ramireña. Su nombre procedía del señor Rafael Ramírez, comandante de la policía que vivía en el lugar. Pero los primeros habitantes de La Ramireña fueron Miguel Bolívar y su mujer Sergia Silva, quienes le vendieron a Ramírez, y este le vendió nuevamente a Miguel Bolívar para irse a vivir a San Fernando de Apure. Miguel Bolívar le vendió a Gonzalo Daza. En la Ramireña terminaba el pueblo y el límite lo definía una puerta (la puerta de golpe) que se cerraba todas las tardes para que los burros, caballos y ganado no entraran al pueblo.

Los Toros Coleados en las fiestas Patronales en honor a La Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, se realizaban en la calle Banco Alto. Las bocacalles se tapaban con palmas amarradas con mecate. El coso principal (salida) estaba ubicado en El Chupulún y la llegada a un lado de la casa de Antonio Carrasquel, en cuyo patio había un viejo tamarindo que servía de sombra a los caballos, jinetes y jugadores de gallos. Al frente se encontraba la casa de Juana Sevilla. Los coleadores de aquella época eran muchos, siendo  los más destacados y conocidos, Julián Laya, Cleto Valdez, Pedro Vicente Venero, Pedro Jesús Venero, Ramón Linero, Narciso Montoya y Abelardo Villegas.

Un bar conocido como La Cueva del Sapo se encontraba en lo que hoy corresponde a la dirección de La Escuela Técnica Agropecuaria (ETA), donde iban a tomar cervezas y escuchar música en la Rockola las personas mayores. Las costumbres de aquella época no permitían que los jóvenes o menores de edad se acercaran a los bares, a riesgo de que el dueño perdiera su licencia. Era difícil que en esos días un menor de edad cargara cédula de identidad, sin embargo el hecho de usar pantalón corto por lo general sugería que no había alcanzado la mayoría de edad, es decir, 18 años.

Arismendi, 18 de septiembre de 2013
Zordy Rivero, Cronista de Arismendi

lunes, 23 de septiembre de 2013

SEGUNDA VISITA A WASHINGTON

Salimos el 31 de julio de 2013 pasadas las 4 de la tarde del aeropuerto Arturo Michelena de la ciudad de Valencia, haciendo escala en el aeropuerto Internacional de Tocumen, Panamá. Hicimos trasbordo una hora más tarde, y proseguimos el viaje hacia Washington, arribando al aeropuerto Internacional Washington Dulles casi a la media noche. Me acompañaban tres amigos. Íbamos a participar en un ciclo de conferencias y seminarios relacionados con el comportamiento de nuestras sociedades civilizadas, y la manera de comprenderlas y de ayudarlas a evolucionar satisfactoriamente, sin necesidad de dañar a nuestra Madre Tierra.

Compartiré con mis amigos algunas citas que logré copiar y que me parecieron interesantes:

-No digas mentiras pudiendo decir la verdad; insultas a tu Cristo Interno cuando mientes. La verdad nos hará libres y la mentira nos esclavizará.

-Es importante que recordemos que somos seres espirituales; este hecho nos convertirá seres libres, libres del apego a la vida terrenal que es transitoria y temporal.

-La honestidad es una de las virtudes más importantes de la vida.

-Lo que hagas, sea lo que sea, hazlo bien. Todo es posible si pones atención y pasión a tus sueños. Ten iniciativa propia, pero debes comprender que no estás solo en el mundo.

-Sé creativo en la vida diaria y si las cosas no funcionan de una manera trata de otra forma, pero no te detengas. Sólo así podrás desarrollar tu fuerza interior.

-No existen límites en lo que un hombre o mujer puede hacer si se hace con amor.

-Nunca te rindas; para ser un triunfador lo único que necesitas es emplear los recursos que ya posees.

-Siempre ama lo que estás haciendo; para ver las fotografías el día de mañana tienes que tomarlas hoy, y cada fotografía tiene su  propia historia.

-La llave para abrir el corazón de las personas es serviles desinteresadamente, pues la recompensa vendrá, al final, de nuestro Creador.

También aprendí sobre el daño que está causando al organismo humano los hornos de microondas, los teléfonos celulares y la práctica de ecosonografías; esta última en las mujeres embarazadas, lesionando significativamente el feto; siendo sus efectos más dañinos en los primeros meses del embarazo.

Tuve la oportunidad de convivir con el americano común, que labora en un mundo inmerso en su propio ajetreo y competitividad. América del Norte es una sociedad rentista donde todo trabajador paga un  impuesto al Estado, que le permite al gobierno mantener todos los servicios básicos en adecuado funcionamiento. Washington, la capital de los Estados Unidos, es una metrópoli moderna donde se encuentran monumentos históricos que causan admiración al visitante, por lo que la convierte en una ciudad turística, que uno no termina de observar en su totalidad y a la vez de extrañarse. La eficiencia en el sistema de transporte público con su metro y buses, la limpieza de la ciudad y la seguridad personal son elementos dignos de destacar, y de lo cual ellos están orgullosos. ¿Qué cómo lo han logrado? Con la educación de los niños desde el hogar y la escuela; y con disciplina y obediencia a sus leyes que son innumerables. No obstante debe existir un nivel de consciencia suficiente, que aunado a un gran amor por su país, les han permitido alcanzar el desarrollo que sustentan. ¿Que tienen problemas con el racismo y que en su seno existen grandes desigualdades sociales?, es por todos conocidos, además de la carrera de las armas, que tendrán que detener en la medida en que detengan su fabricación.

El 11 de agosto salimos de los Estados Unidos con destino a Panamá donde permanecimos un día; el 12 por la tarde arribamos a Valencia con las maletas llenas de experiencias y los corazones alegres y esperanzados, dispuestos a seguir luchando a favor de nuestro hermoso país Venezuela.


Zordy Rivero, Cronista de Arismendi

martes, 27 de agosto de 2013

ESCUELA "MARÍA TORREALBA DE OCHOA

María Hercilia Torrealba nace en el municipio Villa de Cura, del distrito Zamora del Estado Aragua el 24 de mayo de 1940, hija de Félix Guirado y Alberta Torrealba. A los seis meses de nacida fue bautizada en la parroquia San Luis Rey de Villa de Cura, siendo sus padrinos Zoila Gamero y Juan Bautista Chirimelli, quienes a partir de ese momento se encargaron de su crianza y educación. El año de 1947 sus padrinos decidieron trasladarse a la población de Arismendi del Estado Barinas, llegando a Guanarito, donde abordaron una embarcación que los llevó al apartado poblado llanero después de un lago viaje. Inicialmente la familia se instaló en una casita ubicada a una orilla del río Guanare, pero después de algún tiempo se mudó a una casa al frente de la plaza Bolívar, diagonal a la Iglesia Parroquial.

Comienza sus estudios de primaria en la “Escuela Concentrada N° 2” de Arismendi -fundada y dirigida por el profesor Ramón Villegas Izquiel-, donde obtiene el título de sexto grado. A los 19 años comienza a regentar la escuela rural del caserío Las Calenturas, que funcionaba en la casa de la familia Cortez: Encarnación Cortez (difunto) y Carmen Josefina Tapia de Cortez, que aún vive. Era una zona de difícil acceso en la época de invierno, y que se convertía, con raras excepciones, en sabanas inundables, debido a que era atravesada por el caudaloso y navegable caño “Marín”. Dos años después la maestra María fue trasladada al grupo Escolar de la población.

El año de 1961 recibe el nombramiento de Maestra en la Escuela Básica “Unión”, emanado del Ministerio de Educación. Toma posesión de su nuevo cargo el 01 de octubre de aquel año. A partir de esa fecha inicia sus estudios de mejoramiento profesional en el pedagógico de Barquisimeto, obteniendo el título de maestra Normalista el año de 1964. En esa época se destaca su excelente labor como docente, con dedicación absoluta a la institución Escolar, inculcándoles a sus alumnos principios morales que los ayudarían a labrarse caminos en la vida, para utilidad de la Patria.

El 03 de mayo de 1967 contrae matrimonio con el señor José Venancio Ochoa Pinto, nativo de la ciudad de Valencia, en cuya unión procrean 09 hijos, educados en  principios de elevada moralidad. Ellos son: Martha de Jesús; José Venancio; Mirtha Teresa; Juan Rafael; Josué Félix; Mirla de la Caridad; Julio César; Jesús de la Concepción y Maité Coromoto. Todos vivos, y profesionales de Carrera.

Después de 16 años de docencia como maestra de aula, mantiene su actualización asistiendo regularmente a cursos de mejoramiento profesional. El año de 1974 es postulada para el cargo de sub-directora en la Escuela Básica “Unión”, el cual ejerce hasta 1977. El 01 de octubre de ese mismo año se encarga de la Dirección del plantel, en sustitución del maestro Eloy Laya, quien es trasladado al Estado Cojedes. En esa época acude a un curso de Dirección de Escuelas que imparte el Pedagógico de Maracay -para aquel entonces llamado Mácaro. También asiste a cursos en los Estados Cojedes, San Fernando de Apure, Barinas y Lara. En 1986, siendo Directora de la escuela Básica “Unión”, también pasa a desempeñarse como profesora por horas en la misma escuela. Se destaca por su gran capacidad orientadora, demostrando una de sus cualidades más sobresalientes: su humildad y la facilidad para llegar al corazón y entendimiento de sus alumnos.

Su hogar fue ejemplar, ganándose el respeto y admiración de la comunidad a la cual sirvió.

María de Ochoa pasó parte de su vida en la Escuela Básica “Unión”, donde se dio a conocer y querer por la comunidad estudiantil y el pueblo de Arismendi. Diligente y atenta con el proceder de alumnos y maestros bajo su dirección;  siempre dispuesta a colaborar en las actividades escolares, como la de arreglar carteleras, impartir consejos, participar en actividades culturales; dar un discurso en un día Patrio. Podemos decir que fue una mujer polifacética, de una gran sabiduría y de mucha humildad. Así la recuerdan quienes la conocieron o fueron sus alumnos y colegas. Maestra de toda una generación de estudiantes, que en el presente, muchos de ellos, son profesionales destacados.

Habiendo cumplido su tiempo de servicio, que comprendían 33 años de labor educativa, solicita su jubilación, la cual le es concedida por el ciudadano Carlos Andrés Pérez, presidente de la República de Venezuela en su segundo mandato, de fecha del 01 de octubre de 1992, según resolución n° 2621. Ya para el momento padecía de diabetes mellitus, enfermedad que la fue consumiendo y debilitando progresivamente.

Un año más tarde (1993) se traslada a la ciudad de Valencia con su familia, para estar más cerca de la ciencia médica que la pudiera ayudar en su enfermedad incipiente. Se residencia en la urbanización La Isabelica, donde vive durante 16 años.

A causa de las complicaciones de la diabetes, muere el 28 de febrero de 2008, próximo a cumplir los 68 años de edad.

*
Nota: Esta crónica fue escrita con la participación de la Maestra de la Escuela "María Torrealba de Ochoa" , Zulay Montero. Mi agradecimiento por la información aportada.

Arismendi, 27-08- 2013
Zordy Rivero, Cronista





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