EL CIGARRILLO Y LOS NEGOCIOS DE LA MUERTE II

Cuando salgamos de la crisis venezolana —que es también una crisis moral—, la causa de muerte más común será el cáncer pulmonar, una consecuencia directa de fumar cigarrillos y tabacos. La generalidad de las personas se fuma al menos un cigarrillo diario, dizque para liberarse del estrés y mantener la calma ante la incertidumbre del momento. Pero esta mala decisión se convierte a la larga en una condena de muerte. Lo digo porque las ventas de este producto nocivo se han incrementado en los momentos actuales, incursionando en el mundo de los niños y jóvenes.

En Europa existe un dicho muy difundido que reza: “Fumar cigarrillos es de gente poco inteligente”. Y están en lo cierto; intoxicar el cuerpo con sustancias dañinas es propio de suicidas desesperados. Pero es que a la vez se ha comprobado que una persona fumadora es menos inteligente que los no fumadores; pues quien contamina el cerebro con monóxido de carbono ha de tener una autoestima bien baja.

Durante el acto de fumar estás metiendo al cuerpo que te garantiza la vida, sustancias como alquitrán, nicotina, cianuro y más de un centenar de venenos. El cuerpo ante tal atropello trata de sacarlos a través del sudor, la orinas, secreciones de las vías respiratorias superiores; pero si el torpe continúa con su autoagresión, nada se podrá hacer, sino entregar ese cuerpo dañado a un descanso permanente, y casi con seguridad, generado por un cáncer.

El aliento de vida que nos regala Dios cada día, que se encuentra en el aire y que entra en nuestro cuerpo a través de los pulmones, nos mantiene vivos y revitalizados. Aunque muchos no lo crean, cuando una infortunada victima empieza a fumar cigarrillos, está firmando su propia sentencia de muerte, porque en ese mismo instante comienza a morir… a menos que desista del vicio antes de que aparezcan lesiones orgánicas. Está comprobado que un fumador crónico pierde hasta veinte años de vida útil por esa causa tan tonta e inexplicable.

Ya lo he dicho en algunos de mis escritos, y lo repetiré de nuevo: Una persona que no fume y que haga ejercicios respiratorios diarios jamás padecerá de cáncer, pues el oxígeno es un revitalizante celular, que impide que las células se enfermen y que mueran antes de tiempo.   

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Lunes, 30-07-2018

Zordy Rivero, Cronista

UN TROZO DE MI VIDA II

El jueves 19 de julio de 2018 visité en su casa de Valencia a mis hermanos paternos. La reunión se dio gracias a la presencia en la misma de mi hermana Adelaida Carrasquel —quien vive en Ocala, Florida-Estados Unidos con su esposo Daniel Ayala y su hija Daniela.

Daniela, hija de Adelaida y Daniel Ayala

Cuando mi padre falleció hace ya muchos años, supe de su muerte nueve días después de boca de Trina, que vive en Arismendi y es una con la que mantengo mejores relaciones de hermandad, pues la mayoría de mis otros hermanos viven en los campos de Arismendi y en Calabozo. Como decía, cuando supe de la muerte de mi padre —con quien no tuve mucho acercamiento—  me quedé en silencio y pensé: “Yo te perdono Antonio Carrasquel, por el hecho de no haberte ocupado de mí en la niñez, cuando más te necesité”. Fue un pensamiento alentador y reconfortante, pues para esos días ya yo sabía que a los hijos no nos corresponde juzgar a sus padres, y que los padres al final son juzgados por Dios. La respuesta de mi difunto padre fue como un pensamiento o una voz que me hablaba: “Te dejo a mis hijos que tuve en mi mujer Ramona para que los busques y vivan como hermanos, en unidad. Quizás lo que yo no fui capaz de darte ellos lo puedan hacer”. 

Ahora creo que mi padre estaba en lo cierto. Cuando abracé a mi hermana Adelaida y a mis otros hermanos, sentí mucho amor en sus corazones, y eso es una señal comprobatoria de que no se ha errado el camino. Después viene la sensación grata de tener una familia muy grande, que a mi edad se acerca a los cien parientes por la línea materna y paterna.

Mi hermana Adelaida, de Ocala, me pidió que la visitara, si en el futuro volvía a viajar a los Estados Unidos. Mi esperanza es que lo pueda hacer. Ya estuve en ese país los años 2012 y 13. Después vino la crisis y todo se hizo difícil… hasta para viajar.

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Miercoles, 25-07-2018

Zordy Rivero, Cronista

EL CABESTRO, UN CAÑO QUE QUISO SER RIO

A unos dos kilómetros, aguas arriba del rio Guanare, se formó una boca o vertiente que con el tiempo dio origen a un caño muy caudaloso, tanto así que se hizo navegable para los campesinos que vivían cerca de su recorrido. En la medida que se prolongaba por montes, esteros y sabanas, iba tomando el nombre de los predios por donde pasaba: El Cabestro, Caño el Tigre, Caño Marín.

A comienzos del siglo XX ya existía, y nació en tierras de Marcos Lucena. En un principio fue como una bendición para los campesinos de la zona, que podían llevar el producto de sus cosechas hasta el propio Arismendi. Las canoas llegaban a la calle Banco Alto (Andrés Bello) con la Avenida Sucre. En ese paso existía un árbol de cañafístula que daba sombra a los viajeros, y donde amarraban sus canoas. También había un caserón de techo de zinc y paredes de barro propiedad de Serano Tacoa y otra casa cuyos dueños eran Ramón Aparicio y su esposa Luperca.

Pero de ¿dónde venían esas aguas que visitaban al pueblo hasta su calle principal? De una vertiente del Cabestro que pasaba por detrás del cementerio, recorriendo tierras de Pedro Bolívar. Esas aguas seguían su curso hacia las tierras bajas por una caño de menor caudal que se llamó “El Caño de Aparicio”, ya que atravesaba un potrero de su propiedad; todavía existe una especie de canal que limita la popular barriada ‘Alberto Arvelo Torrealba’.

En la medida que el caudal del Cabestro fue aumentando se convirtió en un problema, debido a que por sus aguas, además de circular canoas, entraron caribes, rayas, tembladores, babos y hasta caimanes; fue mucho el viajero que desapareció en su vientre tratando de atravesarlo a nado en lo más crudo del invierno. En la década de los sesenta se levantó una casita en honor a un ahogado en el paso de ‘El Tigre’, fundo propiedad de Gustavo Emilio Pinto. Ese difunto a decir de los habitantes de las ‘Calenturas’, se hizo milagroso, de modo que casi con seguridad, el que pasaba por el lugar, al menos le hacía una reverencia al muerto, o le pedía buen viaje y hasta una plegaria de sanación; o prometía una ofrenda a su regreso del pueblo. En esa casucha casi siempre hubo una vela prendida, monedas de plata, alguna cruz de hojas de palma.

Los campesinos afectados por la agresividad del Cabestro se reunieron y tomaron la decisión de taparlo en la entrada del Guanare. Unos se quejaban de las pérdidas de gallinas, marranos y hasta becerros; otros de inundaciones. Ya levantada la tapa, sólo crecía en invierno con los grandes aguaceros. Después los conuqueros atravesaron alambradas para separar sus propiedades.

Hoy solamente queda el recuerdo de lo que fue un caudaloso caño, que un día se hizo peligroso, y otro día empezó su muerte y desaparición decretada por el hombre. El que pescó y se bañó, o anduvo en sus aguas, hoy en la vejez, reconoce los bajíos llenos de arena, pastos y matorrales, como resabios de un caño que quiso ser río.

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Lunes, 23-07-2018

Zordy Rivero, Cronista

MORINGA IV

Ya he dicho en otras ocasiones que es en la semilla de Moringa donde se encuentran las propiedades más potentes de esta planta medicinal. Sin embargo esas semillas como tal no son digeridas por los ácidos estomacales, de modo que si no se trituran previamente, la digestión no se realiza y nos estamos perdiendo la esencia de sus propiedades.

Sólo en las personas anémicas se les puede permitir consumir tres semillas diarias por siete a diez días, cada mes y por tres meses seguidos. Ya se ha dicho que su alto contenido en hierro y poli-vitaminas la hace superior a cualquier antianémico de farmacia, que en los momentos actuales del país es difícil encontrar. En un paciente no anémico, es decir, con la hemoglobina normal no es conveniente abusar de ella. Con esta planta se impone siempre la prudencia, y nunca debemos tomarla por tomarla, digamos, sin necesidad. Su abuso puede afectar innecesariamente el organismo por acumulación de hierro, hasta  poner en peligro la vida.

Les daré a conocer mi modo de usarla —pero cada quien tiene su modo particular—. Cuando existe una amenaza de gripe o cualquier virosis, llámese Dengue, Sika o Chiquinguya, indico tres semillas diarias por tres a cinco días, tiempo suficiente para abortar cualquier infección en sus inicios. En casos de infecciones severas como una Neumonía, abscesos o fiebres de origen desconocidos, indico tres a cinco semillas diarias por siete días; en casos extremos, por diez días. Deberíamos saber que la Moringa es más poderosa que cualquier antibiótico conocido en el mercado actual venezolano, donde la escasez campea por todas partes. No voy a decir que como alternativa ‘peor es nada’ porque en verdad esta planta es muy poderosa para aumentar las defensas orgánicas, sobre todo por su alto contenido en Vitamina C.

Les dejaré una buena noticia. La Toxoplasmosis, causa frecuente de cefaleas, y que tantos ciegos dejó en el pasado, no se resiste al tratamiento de la Moringa por siete días, a las dosis indicadas arriba. Se puede repetir cada mes por dos a tres meses. No es tanto que la mejora sino que la desaparece para siempre.  

Finalmente, no olviden masticar o triturar las semillas a la hora de consumirla, ya que no es digerible entera. Así concluyo estos cuatro artículos, producto de mi investigación personal.

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Jueves, 02-07-2018

Zordy Rivero, Cronista