Jesús Cristóbal Leáñez Serrano nació en Arismendi del
estado Barinas el 30 de abril de 1.955, hijo de María Leonor Serrano (nativa de
Pirital) y Manuel Eduardo Leáñez Quintero (procedente de las Islas Canarias),
quienes engendraron un total de siete hijos.
Sus primeros estudios los inicia Cristóbal en la
Escuela Básica “Unión”. Recuerda muy especialmente a la maestra Delfina, nativa
de El Orza y a su condiscípulo Oswaldo Rivero. Concluido el sexto grado viaja a
la ciudad de Valencia, a casa de un tío que vivía en “El Trigal”. Entra a
estudiar pintura el la Escuela “Arturo Michelena” durante cuatro años. Su
compañero de estudio para esa importante época de su vida, fue, nuevamente, Oswaldo
Rivero.
Concluido sus estudios de pintura, viaja al hato “La
Trinidad”, asentado en el municipio Arismendi, propiedad de Argenis Abreu (El
Campeón), con quien trabajó durante diez años. La separación vino a raíz de que
Argenis vendió “La Trinidad” y se radicó definitivamente en Valencia. Cristóbal
vuelve entonces a Arismendi, donde trabaja como pintor de murales, pancartas y
estampados de franelas. Siempre hizo las pancartas que anunciaban las Fiestas
Patronales del pueblo.
Al pedirle a Cristóbal que me hablara de su padre —a quien tuve la dicha de conocer cuando estudiaba yo mi
primer grado (1965) en la escuela de doña Ofelia de Román—, refiere: “Mi padre fue
uno de los hombres más instruidos que vivió en Arismendi a mediados del siglo
pasado. Hablaba con facilidad cinco idiomas. Se desempeñó como Registrador,
Juez, Prefecto. Además poseía conocimientos médicos y una amplia cultura
general; era como un Nostradamus de pueblo”.
Remontándose al pasado, Cristóbal recuerda al
Conjunto “Pata de Perro” integrado por Juan Lara, Elímenes Núñez entre otros y
que hacían su presencia en las festividades pueblerinas. También se destacó el
conjunto de Ramón Eliseo (Boca de Guache) acompañado de su hijo ‘Pilón sin
Boca’, Cleofe Monagas (cuatrista) y José del Carmen Hernández.
Finalmente expresa que Arismendi es todo para él, y
reconoce el agradecimiento de sus gentes.
*
Adhely Rivero inmortaliza en este poema la casa donde
vivió la familia Leáñez-Serrano. Con el devenir del tiempo fue modificada, en
la medida que pasaba de una mano a otra. El poeta sólo menciona su ubicación en
la calle del río, pero el recuerdo que conservo —en lo particular— de aquella
casa ancestral, perdura en mi memoria.
LA CASA
Cuando salí del pueblo pensaba regresar
a comprar la casa de la esquina suroeste de la plaza,
cerca de un puerto solitario del río.
Cuando vuelvo no está en venta y entiendo el arraigo
de sus dueños.
A cada vuelta al pueblo visito la calle y bajo mi
familia
a contemplar las aguas pardas bajar
eternamente.
Me enteré que
vendieron la casa que me gusta,
cerca de la plaza y del río de mi infancia.
Continuaré a la espera con la oferta en el tránsito
del pueblo que crece y se desborda,
Solicitándole a Dios la gracia
que no se me adelante un turco y la transforme en
tienda.
Por las aguas del río pasan la boras
mientras espero el día.
Adhely Rivero
*
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Naturales”: www.naturalscience.org/es
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Y como un regalo
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Domingo, 31-03-2019
Zordy
Rivero, Cronista