viernes, 30 de diciembre de 2016

CRÓNICAS

Recuerdos de mi Madre

Mi madre Gregoria Ramona Rivero Herrera murió hace tres años y un poco más, y desde ese día su recuerdo en mi memoria se ha mantenido intacto; sólo que en la época decembrina su presencia se hace más tangible y persistente.

En los primeros días siguientes a su muerte, tenía la tendencia a entristecerme, a la soledad; en parte porque pensaba que siendo yo médico no había hecho lo suficiente para mantenerla sana, sin llegar a entender que la muerte a una edad avanzada se convierte, casi, en una necesidad inevitable.

Conociendo que toda conducta repetitiva en los seres vivientes tiende a convertirse en hábito, pedí ayuda a mi Ser Interior y a mi madre desencarnada; que me dieran una idea de cómo salir de esa situación de culpabilidad y tristeza. Y ocurrió lo que uno llama comúnmente un milagro; una noche soñé que el espíritu de mi madre me hablaba y me decía: Recuérdame con alegría. Recuerda los momentos que pasamos juntos aprendiendo y sonriendo… y esa fue la solución.

Empecé a aguijonear mi memoria y logré recordar los encuentros gratos que pasamos en el conuco de “El Cabestro”, donde en mi infancia sembrábamos maíz, yuca, ñame, topocho y menestras. Si, recordé muchas de sus enseñanzas y situaciones agradables. Hijo, decía: Si siempre te mantienes ocupado haciendo un trabajo útil, o estudiando, nunca te asaltaran las malas influencias que están a nuestro alrededor. Si quieres ser bueno en algo dedícate a eso exclusivamente, a desarrollarlo, a dominarlo y serás un maestro en lo que sea que hagas con amor. Dios ayuda a los que hacen el bien de manera desinteresada y se aparta de los que dañan a otros en pensamiento y obra. Esto último lo escuché de otra persona, pero encerrando el mismo sentido: “Todo el bien en la tierra procede de Dios, mientras el mal es una creación exclusiva del hombre”. Pero una máxima que nunca olvidaré y que siempre agradeceré, fue el haberme enseñado a compartir con mis semejantes, porque siendo una virtud elevada, es a la vez una manera simple de generar abundancia.

Ahora recuerdo a mi madre con amor y alegría por sus innumerables enseñanzas. A veces río en el silencio de mi casa y me digo, bien hecho doña Goya por estar pendiente de mí desde el otro lado del velo.

Valencia, 30-12-2016
Zordy Rivero

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