martes, 28 de mayo de 2019

VIDA SALUDABLE

De los Tercos y su Terquedad

El diccionario de María Moliner define la palabra Terco como: 1. la persona que se mantiene en sus actitudes o ideas aunque haya en contra razones convincentes. 2. Obstinado, testarudo, tozudo.


He tenido que lidiar muchas veces con esos seres testarudos que se niegan a estar equivocados. Yo en una época fui uno de ellos. En mi juventud me granjee muchos enemigos porque además de testarudo era leguleyo, y esto molestaba a mucha gente. Ahora me considero un triunfador al haber sobrevivido a aquellos años tormentosos. Como tenía un gran acervo cultural, o mejor sea dicho, una amplia cultura general, fue muchas las veces que logré ridiculizar a mis semejantes, tan sólo para satisfacer mi ego envanecido. Quizás si hubiese estudiado Derecho, ya alguien en su momento, habría terminado con mis días. Pero no escribo este artículo con la intención de hablar de uno de mis defectos de la juventud, pues alcancé a superar esa deficiencia de mi personalidad que ya no soportaba un ropaje tan limitado. Ahora no me queda más que tener misericordia y compasión para con mis hermanos sabelotodos.

Los testarudos se niegan a aceptar sus equivocaciones y esto es motivo suficiente para que se queden estancados en el tiempo, pues ellos no evolucionan espiritualmente y si lo hacen es con mucha lentitud. La razón de ser de ellos es no perder nunca una discusión, no dar su brazo a torcer, aunque en ello se les vaya la compostura y tranquilidad. Sus vidas se hacen tan monótonas que hasta para ellos mismos termina siendo insoportable. Quizás en otra encarnación tengan la oportunidad de crecer, por lo que no es raro que terminen encarnando en Japón o la India donde aprenderán sobre la humildad —que es un don de Dios—, y que ellos no están dispuestos de alcanzar. No diré que el testarudo sea un verdadero arrogante, o que nunca tengan la razón, aunque si les falta, mucha humildad, sobre todo para aceptar que están equivocados y que no siempre tener la razón es una ventaja; ya sabemos que aceptar nuestros errores y equivocaciones es un requisito para el aprendizaje y el desarrollo espiritual.

La mayoría de estos seres terminan siendo muy infelices debido a que bloquean el amor y la seguridad en su entorno. Su mortificación les viene de ese ego insaciable que siempre les está hablando y conminando a responder, confrontar, explicar, gritar e imponer su parecer, que aunque sea irrazonable ellos se encargarán de hacerla valer, cueste lo que cueste.

La mejor manera de convivir con ellos es aceptar sus puntos de vistas, aun cuando no los compartamos, logrando de ese modo, que ellos se vean forzados a aceptar los nuestros, aunque no sean de su aprobación.

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Les recomiendo a mis amigos del mundo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.

Domingo, 28-05-2019
Zordy Rivero, Cronista

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