Hace muchos años, cuando todavía era un
estudiante universitario, visitaba con cierta frecuencia a una vieja amiga de
Arismendi: doña Dama Cordero, una mujer con rasgos indígenas y de una sabiduría
poco común. Un día me dijo:
—Te voy a decir un secreto Zordy, pero no te
vayas a reír de mí
—Dígalo doña Dama, nunca me ha gustado reírme
de las personas mayores.
— ¿Sabes que la Tierra es un Espíritu?
— ¿Cómo supo eso?, ¿quién se lo dijo?
—Mis padres cuando yo era una niña. Pero ¿por
qué lo preguntas?
—Porque es cierto lo que acaba de afirmar. A
mí me extraña que usted lo sepa, pues en este pueblo es la primera persona que
he escuchado referir esa gran verdad.
Desde ese día doña Dama Cordero me confesó sus
vínculos con la Naturaleza, a través de sus conversaciones con la Madre Terra y
con todos sus pobladores invisibles que custodian la vida Natural.
Si queremos ayudar a la Madre Terra debemos
empezar por amarla y cuidarla, conociendo sus necesidades; y una de las necesidades
más importante es la de proteger las fuentes de agua y sus poblaciones de árboles,
animales, insectos, etc. En el Llano venezolano, los aljibes que se cavan bajo
el resguardo de un árbol, mantienen el agua en verano a unos siete metros de
profundidad; pero si ese árbol llegara a morir por la razón que fuera, el agua bajaría
hasta los catorce y veinte metros, cuando no es que desaparece. Esto lo saben
los llaneros viejos, quienes entienden que la tala indiscriminada es una de las
causas del recalentamiento de la tierra, y a veces de las escasas lluvias que los
visitan en los últimos tiempos.
Y hablando de recalentamiento, una de las causas principales además de la tala, son
las antenas de telefonía móvil y residencial, con sus ondas electromagnéticas
artificiales. Cada vez que se mantiene una llamada telefónica este proceso
genera calor, que es mínimo, se entiende, pero cuando en un momento determinado
—en una ciudad— se están realizando un millón de llamadas, la temperatura puede
aumentar hasta diez grados centígrados y aún más, haciéndose el calor intolerable.
Quizás se han dado cuenta de este fenómeno, que en las horas picos, cuando la
gente, en su mayoría, les da por enviar mensajes de texto y hacer llamadas, el
calor se hace insoportable. Debemos entender que en la medida en que se
levantan más torres de telefonía, dizque para mantener la cobertura, la
situación empeora. Entonces, mi consejo es que no hagamos llamadas
innecesarias, y estaremos contribuyendo con un mejor vivir.
Si dejáramos de hacer llamadas o enviar
mensajes de texto innecesarios, repito, estaríamos ayudando a evitar el
recalentamiento de la tierra: ya sabemos que el exceso de calor causa
envejecimiento prematuro en el ser humano, ya que el cuerpo para mantener la
temperatura a 37.5 °C necesita mucho gasto de energía. No es raro que después
de una oleada de calor nos sintamos debilitados y sin ánimo de nada; es porque
nuestra ‘batería’ ha quedado virtualmente agotada.
La misma agua que existía en la época del
Maestro Jesús hace dos mil años, es la que permanece actualmente en el planeta;
no se ha perdido ni una sola gota, sólo que ella se esconde de la capa
superficial de la tierra por la falta de árboles y por el calor excesivo. Es
conocido que en algunas zonas de África llueve una vez cada tres años, debido a
que talaron todos los árboles, entonces cuando nuestro Creador envía un
aguacerito, las poblaciones quedan aisladas, sin poder llevarles comida ni
medicinas, causando más problemas que las que generan las mismas sequías.
El 22 de abril celebramos el día mundial de la
Tierra. Sembremos un árbol y la Madre Terra nos lo sabrá agradecer. Las brisas
o vientos que nos visitan en nuestras casas, casi siempre por la tarde, vienen
fresca cuando salen de debajo de los árboles; muy diferente es cuando nos
llegan de una zona despoblada, como dice el refrán: ‘un peladero de chivo’. Además,
entendamos que los bosques son el motivo principal para que nuestro Creador nos
envíe las lluvias; el otro motivo son los cultivos que nos proveen de nuestros
alimentos diarios. Todo está conectado. Si la Tierra padece de sequía y calor
excesivo, también nosotros lo padeceremos.
*
Dedico este artículo a la Amada Madre Tierra
en su mes de Aniversario.
A mis lectores del mundo les recomiendo
visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo muy especial los remito a
“Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.
Val, 07-04-2017
Zordy Rivero
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