domingo, 27 de julio de 2014

CRÓNICAS

Una Visita al Sector Caño Guanarito

En compañía de Eliezer Liscano, la mañana del sábado 26 nos dirigimos en nuestras motos hacia el caño Guanarito (casa de Pastora Zavaleta, límites con Cojedes), donde nos esperaba un grupo de amigos: Yahiris Díaz (Vocera Nacional de Tierras del Movimiento Agrario Nacional “Batalla Santa Inés”), Pablo León Campos y Esteban Boyés. Desde allí nos dirigimos río arriba en un fuera de borda hasta encontrarnos, veinte minutos después, con la primera casa que sobresale en la orilla derecha del caño. Nos recibió la señora María del Rosario Veliz quien integra un grupo familiar de ocho personas (seis varones y dos mujeres). Su hijo menor, Carlos Eduardo Veliz, de unos veinticinco años, es especial, ya que al año de nacido presentó meningitis que lo dejó lisiado, con daño neurológico severo que lo mantiene en completa indefensión. No camina ni habla y su estatura no supera el metro; las extremidades superiores e inferiores se encuentran deformadas y delgadas, sin ninguna funcionalidad. Depende completamente de los miembros de la familia, incluso para comer, asearse o vestirse. Lo tienen en un pequeño espacio cercado con madera que es similar a una cárcel en miniatura. El piso de su reducido espacio es de cemento donde el enfermo permanece tendido, dándose golpes en la cabeza; entré a su celda y noté sobre la parte posterior de su cabeza la presencia de callos de tantos golpes que se ha dado. De manera imprevista me tomó la mano y me regaló una sonrisa. Yo lo llamé por su nombre y le sonreí también. Por la noche lo trasladan a su chinchorro, en un cuarto, para protegerlo de la plaga. Le ausculté el corazón y pude notar que funcionaba a la perfección. El objetivo de esta visita era conocer la realidad del caso, sus condiciones de vida y salud; luego realizar un informe socioeconómico y de salud para solicitar una ayuda al gobierno Estadal o Nacional que le permita beneficiar a su señora madre y al joven Carlos, en particular.

Eliezer y Yahiris grabaron un video y tomaron fotografías. En el patio y en presencia de toda la familia empecé diciéndoles que reforestaran la orilla del río, es decir, que volvieran a sembrar árboles que un día en el pasado estuvieron allí, vigilantes del caño, pues, es la erosión la que está secando esta importante arteria fluvial, que todavía es navegable con cierta dificultad y sólo durante pocos meses de invierno; les hablé de la manera de mejorar sus condiciones habitacionales, sugiriéndole que sacaran la cocina y la ubicaran en otro lugar, donde el humo no perjudicara a las persona que viven en la casa y  las que preparan la comida con leña, exclusivamente. También se habló de la posibilidad de conseguir un inodoro que puedan usar con más comodidad, sin necesidad de salir corriendo al monte, muchas veces en plena lluvia.

Arismendi, 27-07-2014
Zordy Rivero, Cronista

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