jueves, 25 de julio de 2013

MISTERIOS DEL LLANO I

El Llano con sus planicies inmensas está plagado de misterios, leyendas y sabiduría. Sólo hay que vivir en su corazón para entenderlo y quererlo. Los llaneros viejos dejan caer sus consejas a los jóvenes que muestran interés por las costumbres ancestrales, entonces la imaginación va entretejiendo y acomodando aquél conglomerado de conocimientos, que uno, con el paso del tiempo no puede rebatir, pues su lógica contundente hace imposible la duda. Compartiré con mis amigos algunas experiencias comprobadas una y otra vez a lo largo del tiempo.

Las plantas al igual que los animales evolucionan con nosotros en el seno de la Madre Tierra, de manera que se debe tener cuidado con el maltrato a estos preciosos elementales, pues, ellos forman parte de nuestra familia. Si cortas un árbol en tu patio, sin pedirle permiso a la Naturaleza y en especial a su Protector, lo más probable es que tengas problemas serios en tu entorno. El Josefino, árbol fuerte, robusto, de hermosas flores gusta mucho de la soledad; se le ve con frecuencia en los sitios abandonados, y la única condición de que puedas permanecer en el lugar, es que le hables y prometas vivir en sana armonía con el Medio Ambiente. En los patios de las casas se observa con frecuencia la Trinitaria, también amante de la soledad; si no aplicas el procedimiento anterior tendrás que abandonar tu propiedad. Si las cortas, igual y más rápidamente te irás.

Me contó el llanero Juan Leal de Arismendi, que él conoció a cuatro personas que lograron matar un Tigre en los patios de sus casas; los cuatro terminaron divorciados y abandonados por toda su familia. Al poco tiempo murieron en el más completo desamparo. Conozco jugadores de gallos y coleadores que llevan una existencia pobre y triste, y todo tiene que ver con el abuso de la vida que por obra de Dios evoluciona en la Tierra. Del poderoso Samán emana un aura que genera bienestar y salud al que logra sentarse en sus raíces o bajo su esplendorosa sombra: excelente remedio para los dolores de cabeza. De la Ceiba se dice que se nutre de las bajas vibraciones que emanan de las ciudades y pueblos. Es un protector de las casas por excelencia. El fruto del arbolito de flores amarillas, que abunda en pueblos y ciudades, la Retama, evita sufrir de la tensión arterial alta. Yo siempre cargo mi semilla de retama en un bolsillo. Una temporada de mi vida la pasé en la cordillera Andina, a una altitud superior a 600 metros. En varias ocasiones caminé cerro arriba sin alcanzar los 2.000 metros, donde el frío hace estremecer alma y corazón. Allí aprendí que la naturaleza y en especial las montañas no aceptan fácilmente el reto de los hombres. El Deva, protector de las montañas no gusta que se tenga la creencia de que somos superiores al que nos creó, y en especial a los Elohim, creadores de la forma en el planeta.

Soy un amante de las Culebras de Agua, también llamadas Anacondas. Su fuerza extraordinaria me produce admiración y respeto. Me duele cuando conozco que un paisano ha matado, sin necesidad, uno de estos especímenes de las profundidades. Les digo: donde ellas viven jamás se agota el agua, sea en lagunas o esteros, pues, al penetrar en la profundidad de la tierra abren vetas de aguas que se convierten en manantiales perennes. Esto ha servido para que se les tenga más consideración y respeto, y no se les considere como enemigas. Es suficiente no ingresar en su medio, del cual son muy celosas.
                                         Arismendi, 25-07-2013
                                               Zordy Rivero                             

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