sábado, 13 de julio de 2013

CRÓNICAS

Migraciones de Arismendeños

En la década de los años sesenta del siglo XX la primera Colonia de Arismendeños se había establecido en Guanarito. Existía una ruta fluvial permanente que nos comunicaba con las tierras del Silbón. Los motores salían con la primera luz del sol del paso El Chupulún, y tres horas o tres horas y media más tarde arribaban a su destino. Muchas familias se quedaban en Guanarito por la cercanía con la tierra natal, o por la presencia familiares que los ayudarían a echar raíces.

Algunos de los paladines de aquellos días que mantenían el transporte acuático fueron Eladio Arráiz, Emilio Díaz, Roque Andrade, Ángel David Andrade, Francisco Leáñez y los hermanos Abreu (Manolo y Rodolfo). Al concluirse el terraplén Arismendi-El Baúl, éste desplazó la vía acuática.

En aquella época sólo existía en el pueblo El Grupo Escolar “Unión”, que comprendía desde primero hasta el sexto grado, de manera que las familias que deseaban que sus hijos siguieran estudiando, tenían que enviarlos a las ciudades, donde por lo general vivían parientes o amigos cercanos. Muchos seguían a sus hijos. Los de bajos recursos, o con poco espíritu aventurero se quedaban en el pueblo, viendo cómo sus sueños se truncaban para siempre. En Guanarito funcionaba una Escuela Agropecuaria con internado temporal o permanente, y allí fueron a parar muchos jóvenes del Llano. Recuerdo que Máximo Mercado, hijo, y Adhely Rivero estudiaron en esa granja.

La segunda Colonia se encontraba en Valencia, específicamente en la zona Sur de la ciudad, y en el municipio San Joaquín, que era un pueblo muy parecido al nuestro: montaraz, seguro y con un desarrollo emergente sostenido. Vivir en la gran ciudad industrial era el sueño de las personas que pensaban en estudios, trabajo, progreso y respeto.

Actualmente la principal Colonia de Arismendeños se encuentra en la ciudad de San Carlos, debido a la presencia de universidades importantes y a la facilidad de acceso por vía terrestre, que siempre nos había unido a la capital Cojedeña, a pesar de las limitaciones en la época de invierno. Debo admitir que los Arismendeños se encuentran en todos los rincones del País, de manera individual o en pequeños grupos. En Barinas vive un  considerable número de coetáneos, que han salido, en su mayoría, en los últimos tiempos.

Esa migración se ha detenido casi por completo en el presente, y los factores son muchos. Señalaré algunos: la presencia de la Escuela Técnica Agropecuaria (ETA), la Misión Ribas y Sucre, Escuela de Enfermería, Centro de Diagnóstico Integral (CDI), Banco Bicentenario, mejoras en la vialidad terrestre, créditos de la Banca Nacional para la producción agropecuaria, organización comunal, seguridad personal, etc. Muchos de los jóvenes que salieron en aquellos lejanos días -hoy ya viejos-, están regresando a su terruño natal, solos o con sus familias, tratando de aportarle al pueblo que los vio nacer sus experiencias y conocimientos adquiridos en lejanas tierras.

Las migraciones nunca se detienen, y ahora está sucediendo un fenómeno contrario, y es que están llegando al pueblo familias de otras regiones: Guanarito, El Baúl, Valencia y del mismo San Carlos. Quizá el atractivo sea lo que se ha mencionado arriba, o el mercado de los lunes, que es una verdadera feria pueblerina.

Arismendi, 13-07-2014
 Zordy Rivero, Cronista   


2 comentarios:

  1. La penúltima hija del Médico Luis María Florez (andaluz) que ejerció en los Llanos en la segunda mitad del siglo XIX, dió a luz, su primera hija y su segundo hijo en Arismendi y luego con su esposo Eudaldo Zamora se fué a Puerto Nutrias donde falleció el 31 de diciembre de 1927. Sabe algo de este galeno? lo llamaban el médico de las Pampas. Tenía un hermano dedicado a la ganadería que curiosamente, llevaba el mismo nombre.Luis María

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    1. Hola Gladys Zamora, me da gusto conocer una mujer perteneciente a la Madre Patria, España. No tengo información sobre este médico y familia, pero si usted posee algo relacionado me gustaría conocerla, inclusive, hasta me propondría escribir una crónica de su persona.

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