viernes, 23 de febrero de 2018

COMPARTIENDO LAS MISMAS DIFICULTADES

En el país hemos caído en una cascada de dificultades que nosotros mismos hemos creado y mantenido vivitas y aún creciendo, y que al final sólo nosotros mismos podremos acabar…  cuando lo decidamos. Las ciudades se encuentran tan oscurecidas por la baja vibración creada día a día, que si tuviéramos visión interna nos llenaríamos de asombro.

Cuando un usurero quiere aprovecharse de la buena fe de una persona, sea para sacarle dinero o cualquier otro bien, casi siempre genera en el afectado un pensamiento y sentimientos de rabia, impotencia, odio, que arropa al abusador. Esa energía negativa lo atrapa hasta llevarlo finalmente a caer en desgracia, por ser una energía de muy baja vibración. Pero entendamos también que esta energía vuelve a su creador, causando un efecto catastrófico, estilo bumerang. Esta reacción malsana se explica a través de la ley del circulo: “Lo que circula vuelve”.

¿Qué hacer ante una situación desagradable como la que acabamos de señalar? La respuesta la tiene el Maestro Jesús cuando dijo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo y a Dios sobre todas las cosas”. Asumir esta actitud, de amar a nuestros enemigos, no es fácil, pero si posible. Pues se trata sólo de elevar el nivel de consciencia, y ya no ver a nuestro semejante como un enemigo, enviándole una bendición a su ser interno que es perfecto. Quien crea el mal es el ser humano a través de una personalidad imperfecta, que es la vez una entidad temporal. Entonces, cuando comencemos a amar al que considerábamos nuestro enemigo, empezaremos a cambiar el planeta Tierra en su totalidad, porque ya hemos dicho que, todo está conectado, y que lo que favorece o afecta a otros también me afecta a mí.

Es difícil para mucha gente darle una bendición a un abusador, usurero o como se le llame, pero hay que hacerlo, pues no queda otra alternativa. En el momento que comenzamos a emitir más luz, repito, empezaremos a cambiar nuestro medio ambiente, y no existe otra vía, sino amar al prójimo como lo hace nuestro Padre Celestial, quien no tiene discriminación con nadie; al contrario, está lleno de misericordia y compasión.

Compartiré con mis lectores una experiencia que servirá de ejemplo:
El pasado invierno un árbol seco del patio de nuestra casa fue derribado por una tempestad. En su caída una de sus ramas rozó el tendido eléctrico, causando un cortocircuito que rompió dos guayas; esto trajo como consecuencia que quedáramos sin el servicio eléctrico durante cinco días. Ahora, en este verano una de nuestras matas aledañas logró alcanzar y atravesar el mencionado tendido. Noté que cada vez que había vientos fuertes, yo pasaba la noche casi sin dormir, amaneciendo con mucho cansancio, que comenzaba a minar mi salud. Le hablé a mi Cristo Interno, mi Maestro, y le pedí que me ayudara a descifrar la causa de ese malestar. Una tarde, mientras me encontraba en un estado meditativo escuche la “vocecita” que me decía: ocúpate de las ramas sobre las guayas. Esa misma semana, en el horario de regulación, corté desde abajo las ramas y liberé las cuerdas, y asunto arreglado. Algunos vecinos se acercaron para felicitarme y manifestar la preocupación o miedo que los invadía de quedar nuevamente sin luz. Desde ese día, para mi asombro, dormí más de lo normal. Quién iba a pensar que una preocupación de la comunidad me iba a afectar a mí, pero así fue. Todo está conectado.

*
A mis lectores del mundo les recomiendo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.


Val, 23-02-2018
Zordy Rivero

No hay comentarios:

Publicar un comentario