Un Absceso Rebelde que Cede con
Medios Naturales
Me visitó un paciente de cuarenta
años de edad que le habían extraído un premolar inferior hacia tres días. Presentaba
un absceso moderado que estaba siendo tratado con antibióticos y analgésicos, pero
que no mejoraba; al contrario, iba en aumento, empeorando el estado del
paciente. Sentía fiebre, dolor y malestar general. Revisé la herida y vi un
colgajo de la encía: negro, muerto, pestífero; allí estaba el foco infeccioso, el
origen del todo el cuadro clínico. Un tejido muerto es un cultivo ideal para
las bacterias patógenas, sobre todo las que se desarrollan en un ambiente bajo
en oxígeno. Corté el tejido muerto, raspé un poco la encía y al observar sangre
me detuve.
Le indique al paciente que apenas
llegara a su casa, se aplicara sobre la herida un trocito de cristal de sábila
y lo cambiara unas tres veces al día, cada vez que sintiera en la boca el olor
a carne podrida. Además, debía untarse el cristal en la piel, sobre el absceso.
Antes de irse a dormir se aplicaría el ultimo trozo de sábila, el cual
retiraría por la mañana. Le suspendí los antibióticos y, le indiqué que tomara
tres o cuatro semillas de Moringa una sola vez al día por siete o diez días.
Diez días después el paciente se encontraba completamente curado. Para mi satisfacción, la herida
cicatrizó bien y el absceso se detuvo, resolviéndose los primeros cinco días.
El cristal de sábila no se debería
usar en los primeros tres días de una herida abierta, ya que ésta inhibe la
cicatrización, retardando la sanación. Pero lo milagroso de esta planta
universal es que ante su presencia las bacterias no se pueden reproducirse y
por ende multiplicarse. No recomiendo tomarla debido al elevado contenido de
iodo que es lesivo para la tiroides. Existes empresas que las envasan, y que
previamente le extraen todo el iodo. Ésta sí se puede consumir. En el mercado
se consigue gel de sábila que es exclusivo para uso externo; aplicado en
heridas puede causar irritación, y no es por la sábila en sí misma, sino por
sus conservantes. Es tan antinatural que puede perforar la membrana del tímpano
y quemar tejidos expuestos; así que mucho cuidado.
De la Moringa se han dicho muchas
verdades y falsedades. Si la usamos con cautela obtendremos excelentes
resultados. El peligro deriva del abuso de la misma, ya que posee mucho hierro,
que puede aumentar la hemoglobina hasta niveles peligrosos. Recomiendo tomarla —máximo—,
por diez días, aunque por lo regular la prescribo por siete días en el
transcurso de un mes. Yo, comúnmente la consumo cuando presiento una gripe o una
baja en mi cuerpo, que no es raro en este mundo contaminado y de baja vibración.
De modo que la puedo usar unas tres, cinco o siete veces al año, y casi siempre
por tres días, lo necesario para abortar, incluso un dengue.
Referencias:
La Fundación Mundial para las
Ciencias Naturales: www.naturalscienec.org/es
La Brújula Moral.
Val, 16-02-2018
Zordy Rivero
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