viernes, 27 de octubre de 2017

HUMOR Y VIDA II

Humor Sano

Este mes de octubre tuve la oportunidad de viajar al oriente del país. Encontrándome en el centro de la ciudad de Puerto la Cruz, me preguntó una señora, luego de mirarme detenidamente a la cara: —Señor, ¿cuántos años tiene usted?
—Creo que estoy llegando a los mil años… —respondí muy tranquilo.
—¡Vaya! Usted tan viejo y no se enseria —dijo en un tono molesto.
—Disculpe, señora, creo que exageré un poco… apenas llego a los quinientos.
La señora, ahora sí, completamente molesta me dio la espalda, retirándose mientras hablaba consigo misma.
Yo me quedé un rato más en el lugar, saboreando una risita de satisfacción.

*
Me cuenta mi amigo Pedro B. que estando en la plaza Bolívar de su ciudad natal, se le acercó a un señor que se encontraba sentado en uno de los bancos.
—Señor, por favor ¿usted no ha visto al pastor evangélico que predica en esta plaza? —El hombre se quedó mirando a Pedro en silencio—; uno que tiene una pinta de loco.
 —Está hablando con él —dijo el hombre arrugando la frente; entonces mi amigo miró que tenía una Biblia sobre sus piernas.
—¡Ah! Mucho gusto, yo también soy predicador y quería conocerlo, a ver si me podía dar un chance para dirigirme a mis hermanos.
El pastor, viendo que mi amigo no cargaba la Biblia, se levantó y llamó a toda la concurrencia, que en su mayoría eran personas mayores.
—¡Escuchen, hijos de Dios! ¡Acérquense acá! —dijo en voz alta—. ¡Este hombre me acaba de llamar loco! Vengan para que lo conozcan. Los ancianos empezaron a acercarse, acomodando sus garrotes y bastones; y mi amigo Pedro, sin esperar mucho, emprendió la huida.
Ante la algarabía, un policía lo detuvo, pensando que era un carterista. Mi amigo le explicó lo sucedido y el policía se echó a reír.
—Es mejor que siga corriendo hasta que los pierda de vista —dijo sin parar de reír.

Val, 27-10-2017
Zordy Rivero

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