lunes, 1 de septiembre de 2014

NARRATIVA

Un Sabedor

A don Tulio Lovera le despertó la curiosidad el hecho de saber que en Guadarí vivía un sabio de dotes muy elevadas. Sonrió de buena gana cuando supo que se trataba de Guadalupe Gómez. No porque Guadalupe fuera un hombre que a duras penas podía leer, y que por impedimento físico se le dificultaba escribir.

-Don Tulio, le digo que el hombre sabe de todo –dijo un vendedor ambulante-. Lo que usted le pregunte él lo sabe.
-Eso me complace, pero sigo sin entender. ¿Cómo hace Guadalupe para obtener sus conocimientos, con  limitaciones tan evidentes?  -dijo don Tulio.
-Verá usted, señor, Guadalupe está impedido a causa del reumatismo. Su mujer e hijos ven por él. Vive en la entrada del pueblo. En la mañana lo sacan al frente de su casa en una silla y lo meten por la noche. Cuando una persona del pueblo necesita saber algo acude a su casa: don Guada, a mi madre que si vio pasar al vendedor de agua potable…, al del gas…, al comprador de chatarras… Le digo que el hombre siempre sabe lo que le preguntan.

-¡Ah!,  ahora si entiendo, usted me está hablando de un sabedor, no de un sabio -aclaró don Tulio.
Arismendi, 01-09-2014
Zordy Rivero, Cronista

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