viernes, 1 de febrero de 2019

HIJOS ILUSTRES DE ARISMENDI VII

Néstor Rojas, Memoria Viviente de Arismendi

Este hijo Ilustre de Arismendi es una de las personas que posee un mayor caudal de conocimientos sobre la historia de nuestro pueblo llanero. Debería ser considerado como Cronista Emérito de Arismendi. Actualmente se encuentra resentido de salud, la cual se ha agravado debido a la inesperada muerte de su señora esposa, acaecida a finales del año 2018. Gracias a conversaciones con ‘El Catire’ he podido escribir crónicas relacionadas con los primeros negocios o bodegas, y la primera bomba de gasolina de Arismendi, por allá en los años cuarenta.

Néstor Alberto Rojas Encinoza (El Catire) nació en la población de Arismendi el 10 de octubre de 1947, hijo de Lucas Manuel Rojas Hernández y María Angelina Encinoza (difuntos).
Estudia la Primaria en la Grupo Escolar Nacional Graduado “Unión” (ahora “María Torrealba de Ochoa”). La escuela estaba ubicada en la calle Plaza, en la casa de Ramón Francisco Soto, mejor conocida como “La Sotera”. Culminado el sexto grado viaja a Calabozo estado Guárico en 1966, donde Inicia su primer año de bachillerato en el Seminario “San José” (escuela Técnica de Agricultura). Recuerda Néstor que mientras culminaba el primer año con el profesor de castellano y literatura: Andrés Segundo Rodríguez, éste les mandó a realizar un trabajo sobre ortografía. Néstor llevaba 18 puntos como nota previa  y logra sacar 18 en el examen final, además, obteniendo en el trabajo la nota de 4 puntos.

Néstor era un experto conocedor de la ortografía Castellana, adquirida mientras estudiaba cuarto grado con el sabio maestro Carlos Cadenas. También recibió ayuda de su padre Lucas Rojas.
“¿Qué haré con el joven Rojas?, se preguntaba el profesor, pues yo jamás he calificado por encima de 18; el caso es que Rojas suma ahora 22 puntos.

El profesor consulto a los demás estudiante preguntándoles si le ponía a Rojas 20. Que era la máxima calificación La mayoría respondió con un Sí.
“Bueno Rojas, le voy a poner veinte. En siete años que llevo dando clases en esta escuela sólo he calificado hasta dieciocho… siempre hay una excepción. Aun así le quedaré debiendo dos puntos; me recuerda para agregárselo el primer bimestre del segundo año”.

En el mes de julio Néstor volvió a Arismendi, de vacaciones, pero a su regreso a sus estudios en Calabozo se les notificó que el profesor Rodríguez había sido trasladado a otra institución. Para la mayoría de los estudiantes esta fue la mejor noticia del año. Les asignaron una maestra de escuela que en su inicio indicó las lecturas de las novelas de Rómulo Gallegos, que estaban en aquellos días en su pleno auge. A Néstor se le hacía difícil comprarlas (doce bolívares cada una) debido a sus limitaciones económicas, de modo que sólo le quedaba escuchar las fragmentadas lecturas de sus compañeros, cuando se lo permitían. Esto trajo como consecuencia que sus notas bajaran a un promedio de 15, cuando había sido uno de los mejores estudiantes de su grupo.

Concluido el segundo año de bachillerato regresa al pueblo y empieza a trabajar como dependiente en el negocio de Pedro Bolívar López, a la vez que ayudaba al padre en una pequeña finca agropecuaria en la periferia del pueblo —hoy el barrio “Lucas Manuel Rojas”.

Posteriormente presenta el examen de admisión en la Escuela Técnica Agropecuaria de la ciudad de Calabozo del estado Guárico; una vez seleccionado estudia durante tres años, egresando con el título de Perito Agropecuario en 1968.

Trabaja durante poco tiempo en La Oficina de Desarrollo Agrícola del Sistema de Riego de Calabozo (ODASIR). Luego regresa a Arismendi donde desempeña varios cargos públicos: Escribiente de la Prefectura Civil en dos ocasiones; maestro Nacional Rural de la escuela “San Vicente”; Supervisor  del levantamiento del 4to. Censo Nacional Agropecuario realizado en 1971; levantamiento del décimo primer Censo Nacional de Población en 1981 en Arismendi; Síndico Procurador Municipal; Secretario temporal del Juzgado Subalterno del municipio Arismendi, en dos oportunidades.
   
En 1967 Néstor Rojas se casa con Rosa Sánchez, hija del destacado arpista Vicente Sánchez. De esa unión nacieron Néstor Alberto, Luis Alfredo y Rosa María Rojas Sánchez. De esa época escribe estas coplas:

Mi Vida en Resumen

A veces me pongo a pensar las cosas de la vida mía
Me retiré de un seminario cuando era un niño todavía
Tal vez por no estudiar el latín y la teología
Pensando que sería un fracaso esa profesión que yo quería
Pero siempre egresé de una escuela con el título que quería
Y los conocimientos allí adquiridos aun latentes todavía
Embargado por la nostalgia me puse a escribir un día
Como heredando de mi padre esta virtud que él tenía
Después que murió mi padre aun persisto con la porfía
De seguir escribiendo versos con pasión y letanía
Adornando con mi pluma el matiz de mi poesía
Para que un músico de cuatro le coloque la melodía
No conozco de matemáticas, de química ni biología
Pero si conozco de verbos y algo de filosofía
Madre de todas la ciencias en todita la geografía
Me despido pidiendo excusas a los expertos en poesía
No soy de avance en lucha poemaria
Apenas soy el aprendiz que escribía
Mi padre fue Lucas Manuel y mi madre Angelina María
Ayer se murió mi madre, no me queda ni una tía
Sólo catorce hermanos queridos, todos vivos todavía
Y mis tres hijos concebidos con la negra Rosalía
Néstor Alberto el primero, Luis Alfredo y Rosa María.

Es de hacer notar que para el año de 1981 existían en Arismendi 400 casas, la mayoría de techos de zinc y palma, y con paredes de astillas de palma cubiertas de barro. La realización del Censo y Croquis estuvo bajo la supervisión de Néstor Rojas y Chicho Castillo.

Al cumplir su padre 85 años “Catire Lucas” le compone un poema:

Poemas a mi Padre
Papá, permíteme felicitarte hoy
Al cumplir tu 85 aniversario
Y mucho más aun
Por haber heredado de ti
Uno de tus grandes atributos:
La vocación literaria.

Tras la muerte del padre, “Catire Lucas” le escribe un poema como una muestra de sincero aprecio:

Papá, los reales se acaban fácil
Pero tu buen nombre es distinto.
Así lo envuelvan los años
Por una capa de olvido,
Cada vez que se mencione
Tu buen nombre será el mismo;
Es como el sol que se oculta
Y vuelve con igual brillo.

Otros poemas destacados son: “Elogio a mi Pueblo; “Para ti Hurí”; “Romance a mi Padre”; “El Gabán del Cacianero”; “Así es mi Tierra”; “Rumbos y Recuerdos”; “Muchachita Arismendeña” y “Campanillas del Guanare”.

Desde el año 2000 (su último trabajo) se desempeñó como empleado-administrador de la farmacia “Santa Marta”, primer expendio de medicinas de Arismendi y propiedad de José R. Sánchez.              
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Les recomiendo a mis amigos del mundo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.

Domingo, 01-02-2019
Zordy Rivero, Cronista

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