miércoles, 1 de marzo de 2017

MISTERIOS DEL LLANO X

Los rituales en los tiempos antiguos eran un componente dominante en aquella sociedad, considerada, según mi parecer, más civilizada que la actual. Cuando aquellos seres llenos de fe iban a realizar cualquier labor en la comunidad -celebrar el nacimiento de un hijo, levantar una casa, cultivar la tierra-, casi siempre practicaban un ritual, como una muestra de agradecimiento a nuestro padre Dios.
Cultivo de Sábila
Me contaron Juan Zorro y Carlos Moreno, nativos de Arismendi, que al terminar la construcción de una casa se abría un hueco en el medio de la misma, el cual se llenaba con brozas y retazos y después se tapaba. Pero antes de cubrirlo con tierra se invocaba al Espíritu de la Casa para su protección permanente; además, se le pedía al Espíritu que no permitiera la entrada de ningún tipo de plagas. Misteriosamente los mosquitos se mantenían a su alrededor, haciéndoseles imposible la entrada.

Mi madre que tenía una relación muy personal con la naturaleza le hablaba a las plantas; la escuché en una ocasión regañando una mata de rosa: Le dijo:
“No sé qué pasa contigo; te trato bien, te riego a diario y te doy mi cariño, y jamás me has regalado una flor. Si este mes no me das, aunque sea una rosa, te voy a cortar, y luego te echaré a la candela”.
Una semana después aparecía la primera rosa del rosal. Y de ahí en adelante vinieron muchas más, hermosas y grandes. 

La costumbre de colgar una mata de sábila detrás de las puertas de las casas era con el objetivo de no permitir las malas vibraciones, que la gente del campo llama “pava”. Sabemos que la “pava” procede del chisme, la mentira, el engaño, la hipocresía y el odio. Pero ¿cómo actuaba la sábila contra estas bajas vibraciones? Muy sencillo, cuando el visitante veía la sábila colgada ya sabía que en esa casa no se podía chismear, ni decir groserías ni maldecir. No estaría mal que se volviera a poner en practica este excelente ritual.
Val, 01-03-2017
Zordy Rivero

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