sábado, 12 de noviembre de 2016

MIS EXPERIENCIAS EN LA MEDICINA

Tumores Engañosos

Un trabajador del campo de unos cuarenta años de edad fue diagnosticado por un médico de la ciudad con la presencia de dos tumores; uno a nivel de las costillas falsas derechas y el otro ubicado en la región glútea inferior. Le dijeron que los tumores eran posiblemente quistes sebáceos. Le indicaron una serie de exámenes y pruebas para su estudio y posterior operación. El hombre asustado regresó al pueblo a reunir un dinerito, y aprovechando el momento, acudió a mi consulta para que le diera una opinión personal sobre su situación.

Como de costumbre realicé un interrogatorio exhaustivo y un examen físico general completo. Al interrogatorio averigüe que desde la infancia había tenido como medio de trasporte una bicicleta, en la cual recorría largas distancias por los caminos y carreteras del llano. También trabajaba como guadañero, ganándose el sustento en parcelas y fincas. Quien descubrió inicialmente los tumores fue el mismo paciente. A partir de ese momento, al saberlo, su mujer y demás familiares no descansaron hasta convencerlo de que viajara a la ciudad.

Al examen físico palpé dos masas móviles, no dolorosas, de unos cinco centímetros de diámetro. Mi diagnostico no fue difícil y estaban asociados a su trabajo. El de la región de la nalga era un callo debido al roce del asiento de la bicicleta en su largo trajinar por caminos accidentados; el de las costillas, causado por el roce de la guadaña durante días y días de trabajo. Diagnóstico epidemiológico definitivo: Callos de origen laboral. Le indiqué la aplicación de cristal de sábila todas las noches por un mes acompañado de sebo de chivo frotado en las zonas referidas.

Muchos diagnósticos se pueden resolver a través de la epidemiología; sólo se necesita un buen interrogatorio, una acuciosa observación y el examen físico respectivo. Algunos médicos de la ciudad no les dedican mucho tiempo a los pacientes, por temor a que se cansen en la sala de espera y se vayan a otro médico que sea más rápido en su proceder. Sé que algunos lectores piensan que estos casos no concuerdan con la realdad, pero si así fuera no habría tantas intervenciones quirúrgicas innecesarias, que ponen en riesgo, a diario, la vida de muchos pacientes que se dejan llevar por su buena fe.

Val, 12-11-16
Zordy Rivero

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