viernes, 27 de junio de 2014

CRÓNICAS

Operativo de Vacunación en los Sauces

La Coordinadora de Enfermería del Ambulatorio Rural de Arismendi, Marile García, conformó tres equipos de trabajo con la finalidad de abarcar una amplia zona de caseríos adyacentes al poblado, con el objetivo expreso de lograr elevar la cobertura de vacunación, que actualmente no alcanza el 50% en el municipio. El primer grupo estuvo integrado por las enfermeras: Zara Romero, Andreina Franquillo y Eli Pelayo, que cubrirían Chorroco Arriba, Chorroco El Medio y Chorroco Abajo; segundo grupo: Rosa Valera, Zulay Martínez, Meri García y Wilmer Reverón, y el tercero: Marile García, Reina Flores, Celina Cordero y mi persona.

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Nuestro grupo salió a las 9 de la mañana rumbo a Los Sauces, vía Guanare abajo, en un fuera de borda piloteado por el Comisario  o Jefe de Aldea de la zona, William Mendoza. La lancha se desplazó por una avenida de aguas rodeadas de boros y paja que se fue convirtiendo en un camino, muchas veces tan estrecho que dificultaba el paso de dos canoas. Se observa con tristeza que la mayoría de las casas asentadas en las orillas cortaron los árboles y esto ha generado una erosión muy pronunciada, causando un allanamiento del cauce del río que ha traído la consecuente elevación de su nivel. Cinco años de vida le deben quedar a lo que en otro tiempo fue el caudaloso río Guanare. Siendo una vía importante para los productores, la muerte de esta arteria fluvial traerá atraso y dificultades a los campesinos que llevan sus productos cada semana al pueblo, y regresan con víveres y materiales diversos a sus campos. También se ve mucha basura y plásticos acumulados en las orillas, que contrasta con el verdor y lozanía del ambiente. Lo que sí es placentero a la vista, es la abundante población de babas que salen a asolearse a las barrancas, con sus bocas abiertas y sus ojos entornados, siempre alertas a un cazador furtivo, por lo general el hombre, su peor depredador.

Llegamos a ese agradable caserío una hora después. Saludamos a la familia de William, quien nos atendió con esmero y cordialidad. La vacunación se empezó cerca de las 11 de la mañana, debido a que de las fincas atienden el ordeño y procesan el queso en horas de la mañana. Una de las cosas que noté es que la mayoría de las casas no poseen baños donde hacer sus necesidades, por lo que tienen que retirarse a los montes cercanos, exponiéndose a mordeduras de serpientes e insectos, además de propiciar la contaminación del terreno, generando enfermedades como son las micosis (sabañones) en los pies, las diarreas y amibiasis. Es una cultura que hay que cambiar para mejorar la calidad de vida del campesino. También observé mucha basura acumulada en los patios, que se convierte en focos de contaminación del río y de los reservorios de aguas para el ganado. A mi modo de ver, lo más preocupante es la deforestación de las orillas del río, la cacería indiscriminada de animalitos salvajes y la muerte con arpón y escopetas de las babas adultas, que usan como comida predilecta. Si este ecosidio no se detiene a tiempo el desequilibrio ecológico será inimaginable. ¿La salvación?: crear una consciencia conservacionista que nos proteja de nosotros mismo. Sin ánimo de exagerar ni pecar de fatalista, ese mismo destino le espera al río Guanare Viejo, el cual lleva dos veranos secándose, siendo la causa principal la antes señalada, es decir, la mano del hombre. Las aguas se están desviado por un caudaloso río llamado “Caño del Medio”, cuyas orillas todavía no han sido ocupadas por persona alguna.

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A las cuatro de la tarde regresamos al pueblo. Se logró vacunar 20 niños menores de cinco años y 43 adultos. La desparasitación estuvo emparentada con la vacunación.

Arismendi, 18-06-2014
Zordy Rivero, Cronista

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