viernes, 23 de mayo de 2014

X FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN BARINAS

El jueves 15 de mayo de 2014 se inauguró la X Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN), capítulo Barinas, en el museo de Los Llanos, a cargo del gobernador Prof. Adán Chávez. La ciudad se llenó de alegría y entusiasmo ante la presencia de muchos intelectuales y creadores venidos de distintas partes del país. El gobernador realizó un programa que se transmitió en vivo a través de radio y televisión, donde habló de los avances que ha tenido la cultura durante el proceso de la revolución Bolivariana,  y especialmente en los estados llaneros, donde los avances se perciben día a día. Cabe destacar que uno de los homenajeados en esta Feria fue el escritor y periodista César Chirino, hombre polifacético y muy querido en Maracaibo, donde vive y labora.

El poeta Adhely Rivero y mi persona fuimos invitados por Ana María Oviedo, directora del museo de Los Llanos. Adhely Rivero participó en un recital de poesía el viernes por la tarde, en compañía de los poetas Leonardo Ruiz Tirado y Pedro Ruiz. Uno de los invitados especiales era el poeta Ramón Palomares, pero debido a que hubo obstrucción de la vía  en la carretera Mérida-Barinas, por fuertes aguaceros caídos días antes, no pudo estar presente. Al menos durante una hora, estos destacados poetas estuvieron deleitando con sus creaciones, al público presente. Un poema del poeta Adhely que generó aplausos:

AMIGO DEL HOMBRE
Si un perro está en el patio
cuidando la casa
y se va a la calle
no es amigo del hombre.
Se expone la propiedad.
Si regresa algún día desorientado,
abre la puerta, mueve la cola
y saca la lengua roja
probando su inocencia,
es pensable el perdón.
Si el hombre abandona el hogar,
se embriaga, duerme en la calle
y retorna con la excusa apropiada,
lo huelen, le revisan la ropa,
lo interrogan, lo ignoran.
Es impensable el perdón.


*
 En la mañana del sábado nos entrevistamos con el antropólogo Nelson Montiel, la profesora Yarisma Unda (profesores de la Unellez), y el escritor Leonardo Ruiz Tirado. Les hablamos de la posibilidad de realizar el año venidero un encuentro internacional -Argentina, Colombia y Venezuela- sobre la llaneridad o el acontecer llanero. Lo interesante es que ese primer encuentro se realizaría en la población de Arismendi.

Esa misma mañana a las 11, se llevó a cabo la presentación de mi libro La Réplica, editado por el gobierno bolivariano de Venezuela y el cual consta, en su mayoría, de 14 cuentos cortos. La presentación la hizo el poeta Adhely. Expresó lo siguiente:

“Zordy Rivero nació en Arismendi en 1959. Ha publicado cinco libros de cuentos, entre ellos Relatos y Fábulas. En la editorial El Perro y la Rana está por salir otro libro de relatos: Hombre de Luz. También aparecerán algunos cuentos en el próximo número de la revista Nacional de la Cultura. Zordy Rivero se desempeña como cronista de Arismendi, labor que acompaña con el ejercicio de su profesión de médico cirujano, y ha prestado servicio a varias comunidades de la amplia geografía barinesa durante veinte años: Arismendi, San Antonio, Curbatí, Pedraza y Maporal. También tuvo su deslinde en el teatro, en su época de estudiante en Carabobo, con el grupo de teatro Un paso al frente.

La Réplica, su más reciente publicación en la editorial del Estado es un libro conformado por un conjunto de relatos que circulan entre lo real maravilloso (amén de la memoria de Carpentier y su mundo mágico) y lo dramático, universo tragicómico, que por suerte el lector sale ileso pero alterado del ánimo por los altercados de los personajes, dándole gracias a Dios que estos sean ficticios, imaginarios, sin dejar de aflorar un sustrato de nobles sentimientos.

La Réplica, relato que da título al libro nos mete en la trama con un lenguaje sencillo, coloquial, de un entorno llanero, de un pueblo fundado a las orillas de un río, donde se desarrollan las historias que Zordy -veterano cronista-, recoge y trabaja con maestría. El cuento La Réplica es la historia de desamor de un hombre, contada en la mesa de un bar, con la atmosfera y hondura espiritual de un hombre enamorado. Son 14 relatos breves, contundentes, sorpresivos como un zarpazo de tigre, a propósito del último cuento del libro, El Tigre Cazado, que nos deja con el deseo de seguir leyendo a Zordy Rivero, quien aprendió a crear, a tomar de la conversa popular, tradición oral, en el seno de su familia, en el entorno campesino, de ese hombre y esa mujer que expresa su vida entre animales, ríos y llanuras. Zordy es un hombre culto, bastante sabio, de muchas lecturas y experiencias vitales. Lo quiere mucho la gente que lo conoce”.

*
A mí me correspondió leer el último cuento del libro: Un Tigre Cazado, pero antes agradecí a Ana María Oviedo, Leonardo Ruiz Tirado, Hugo Rojas, Luis Montilla, Ronald Linares, Yarisma Unda y Daniel Camacho por haber hecho posible la publicación de mi libro a través del Sistema Nacional de Imprentas (Barinas).

UN TIGRE CAZADO
De dos a tres reses se comía el tigre todos los meses en la comunidad de Guadarí. La gente alarmada organizó campañas de cacería pero sin resultados satisfactorios. Les seguían las huellas por cortos trayectos, para luego esfumarse misteriosamente. Días después se encontraban huellas, muy similares a las anteriores, al otro lado del valle o del río, a varios kilómetros de distancia. Confundidos y desalentados, los aldeanos desistieron en su empeño de enfrentar el tigre. No podían entender cómo un mismo animal podía estar en dos lugares diferentes en tan corto tiempo. Sólo un hombre, Ramón Sotero, cazador afamado, intrépido y conocedor de las costumbres de los animales selváticos, no se dio por vencido. Según el baquiano Sotero, el tigre cebado era un animal de costumbres poco comunes, siendo lo más insólito la aparición y desaparición de las huellas inexplicablemente.

Ya al final del tercer mes de seguimiento, Ramón descubrió el sitio más frecuentado por el animal. Armó un chopo y esperó encaramado en un árbol. Cerca de la medianoche del tercer día escuchó un disparo y un quejido de muerte. Bajó con cautela, prendió la linterna y corrió al lugar del chopo. Bocabajo, bañado en sangre yacía un hombre. Le dio vuelta y reconoció a Alberto Paredes en su último adiós, marchito de vida. En la mano derecha reposaba una mano de tigre hecha de madera. El cazador tomó el chopo, todavía despidiendo humo, lo metió en un morral y se marchó a su casa a dormir. Por la mañana volvió al sitio con pala y barretón. En menos de dos horas el difunto Paredes ya estaba bajo tierra. Desde aquel día no se volvió a perder ganado en la pequeña y pacífica comunidad.

Un mes después y durante dos días el caserío celebró con fiestas y competencias deportivas la desaparición del tigre. El gran ausente en las celebraciones fue Alberto Paredes. Todos bailaron y bebieron a excepción de Ramón Sotero, quien estuvo sombrío y lejano, envuelto en el silencio de la noche.

*
Ya saliendo del museo nos encontramos con el escritor Arnaldo Erazzo, quien actualmente se desempeña como coordinador de la Galería Mateo Manaure de la Casa de la Cultura "Napoleón Sebastián Arteaga", además es miembro de la Red Nacional de Escritores, capítulo Barinas. Nos obsequió su más reciente libro: El Llano: Voces y Testimonios de sus Cultores, donde aparece una entrevista con don Eladio Tarife.

Arismendi, 23-05-2014
Zordy Rivero,  Cronista

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