sábado, 10 de mayo de 2014

LAS FERIAS DE LOS LUNES EN ARISMENDI


“Arismendi es el único pueblo llanero en la geografía venezolana que celebra fiestas todos los lunes”, he oído decir. Esta aseveración no es cierta del todo, lo que es o representa una verdad a medias. Es cierto que en La Feria de los Lunes existen personas, la mayoría jóvenes, que se dedican a libar licor de manera desenfrenada, pero es sólo una minoría. El Arismendeño común es trabajador, laborioso, responsable y de una alta moralidad, que no desperdicia su tiempo entre bares, juergas y borracheras. Por alguna razón somos el primer municipio llanero en la producción de quesos y ganado vacuno.

El sábado empiezan a llegar los vendedores procedentes del Tinaco, San Carlos, Acarigua, Valencia y Mariara, por mencionar algunos nombres, pues también comercian con nosotros la gente de El Baúl, Camaguán y Guanarito. La mayoría de los comerciantes vive en el pueblo, y conforman unos cien puestos de ventas, donde se puede comprar desde un par de botas de la mejor calidad, ropas, comida, hasta un tornillo. Todo lo que se necesita para el hogar o la finca, incluyendo repuestos de tractores y máquinas pesadas -en el Mercado o La Feria de los Lunes-, lo encuentra. Si no lo tienen en el momento, una semana después lo tendrán con toda seguridad.

Me dijo un señor de Mariara que desde hace veinte años vende ropa en Arismendi, sólo que él visita a los clientes en sus casas. Su familia vive bien y todos sus hijos han estudiado gracias a la prosperidad de este pueblo llanero, que está muy poco acostumbrado al regateo; al comprador sólo le interesa la calidad del producto. En la década de los 90 le hice una consulta a un joven de 15 años, aquejado de una gran debilidad. Le dije que posiblemente se trataba de una anemia, por la palidez acentuada de su piel, anemia causada con mucha frecuencia por la parasitosis intestinal. Le referí que el tratamiento iba a ser caro y le pregunté si tenía suficiente dinero para adquirirlo. Se levantó de la silla metiéndose la mano en uno de los bolsillos y, sacando un fajo de billetes, dijo: “¿Bastará con un millón de bolívares?”. Es suficiente, respondí asombrado. En la época de que hablamos era toda una fortuna. Luego le pregunté que dónde trabajaba y me respondió que era becerrero en una finca, y que tenía tres meses que no venía al pueblo. El tratamiento no llegaba a ochenta bolívares. Un becerrero es el encargado de apostarse en la puerta del corral y soltar el becerro a la vaca que va a ser ordeñada; después, al terminar la faena se encarga de trasladar la manada a un potrero aislado de las madres.

La Feria de los Lunes ha sido motivo de inspiración para artistas y creadores. El poeta Adhely Rivero, nativo de Arismendi y traducido a varios idiomas, entre ellos el inglés y el árabe, escribió un poema muy lindo relacionado con La Feria, en su libro Los Poemas de Arismendi. Con su autorización, he aquí el poema:  

Remonta un bomgo
hasta Arismendi
con los quesos de un mes
de ordeño
Los que duermen la noche
en la barranca
llaman
con pesadez
Solicitan viajes o encomiendas
Abordan verduras o animales
Un hombre mordido de culebra
Todos van los lunes al puerto
antes del amanecer
Compran  venden   hacen trueque
sus jornales
Hay un fulgor
en el gastado retrato
que la gente va dejando.


En El Nacional del sábado 15 de abril del año 2000 apareció un artículo Los Lunes de Arismendi, escrito por el poeta Luis Alberto Crespo y comentado por José Antonio Agudelo, cronista de Calabozo. Quien desee tenerlo puede acudir a la Cámara municipal de Arismendi, y solicitarlo en la Oficina del Cronista.

A pesar del aporte que Arismendi le ha hecho a la Nación en cuanto a producción de queso, ganado y productos agrícolas, todavía sus calles no han sido asfaltadas. Sólo tres -incompletas-, cuentan con asfalto. Las demás esperan por la sensibilidad de un político con arraigo, uno de sus hijos nativos, que le duela este querido y sentido terruño, ubicado en el centro de los llanos Venezolanos.

Los usureros que nunca faltan en cualquier zona comercial también tienen su nombramiento y peculiaridades. En una ocasión escuche esta conversación:
-Vaya hijo a comprarme un repuesto de moto, pero lleve suficiente dinero por si tiene que ir a una de las “Guerra Méndez” (haciendo alusión a una clínica privada de la ciudad de Valencia), cuyos servicios médicos son muy onerosos. Varias casas comerciales trabajan con sobreprecios. El dependiente sabe que cuando llega un cliente es porque no ha conseguido lo que buscaba en ninguna otra parte, y descaradamente se aprovechan de esa situación, sin pensar que existe una justicia Divina que al final se impone.

Siempre me había preguntado en qué momento surge la Feria de los Lunes. La respuesta más aproximada es ésta: a partir de la conclusión de la carretera Arismendi-El Baúl, a mediados de los años 70 del pasado siglo. Vía que nos comunica de manera directa con San Carlos y Valencia. Antes de existir esta carretera, los productores sacaban su mercancía hacia Camaguán, Calabozo y Guanarito, casi siempre en fuera de bordas.

El movimiento comercial ha sido tan próspero que hubo que crear una sede del Banco Bicentenario, y de ese modo evitar que la gente fuera objeto de robos y abusos en San Carlos, donde iba a cambiar sus cheques y cobrar sus sueldos y pensiones. La construcción de hoteles también ha aumentado en los últimos años. Se cuenta con un aproximado de 20, y todos se mantienen activos.

Recuerdo que al comienzo, hace años, tuvimos que trabajar con la prudencia. Decir en una ciudad que uno vivía en Arismendi, era exponerse a ser asaltado. Se tenía la falsa creencia de que el hecho de pertenecer a este próspero municipio, ya se era rico, y no es así. Igual sucedía con eso de tener fincas. Este nombre lo asociaban a uno con mucho ganado, aunque a veces los campesinos sólo poseen una rastrojera con un patio lleno de gallinas, un topochalito, una mujer, y un rancho lleno de niños.

Arismendi, 10-05-2014
Zordy Rivero, Cronista

No hay comentarios:

Publicar un comentario