Por la tarde del lunes acudí a la
Cámara municipal. Fui recibido por su administrador licenciado Johnny Bolívar
en su oficina. Me anunció que ya había sido nombrado Cronista de Arismendi, y
que estaban interesados particularmente en que se encontrara la fecha de la
fundación del pueblo. Le dije que en el año de 1.874 Arismendi había sido
elevado a Parroquia.
Desde el pasado año se venía
trabajando en la propuesta del cargo de Cronista, para que se encargara de desenterrar el
pasado y reseñar el presente. Mencionaré algunas personas involucradas de
manera directa o indirecta en esta propuesta: Los poetas Leonardo Ruiz Tirado y
Ana María Palomares Oviedo en Barinas; el poeta Adhely Rivero; el profesor de
la Escuela Técnica Agropecuaria (ETA), Reinaldo Rivero; el abogado Numa
Pompilio Pinto, asesor Jurídico de la Cámara municipal; Wualdemar Miranda y
Orlando López, entre otros. Pero quien se lleva los méritos es el concejal y presidente
de la Cámara municipal, Misael Moreno, próspero productor de ganado en la zona
de Juanaparito (sector Limoncito), además de apreciado e inteligente político.
También hay que destacar el consenso de los otros seis concejales, quienes
sabían de la importancia de este nombramiento para darle vida histórica al
municipio.
La historia de Arismendi es por
demás hermosa e interesante, pues, es sabido que en sus tierras vivieron tribus
indígenas, desaparecidas hace mucho tiempo. En algunas zonas se encuentran
promontorios de tierra, en medio de las sabanas, adornadas con guaruras, y que
servían para practicar rituales y pedir a Dios por una buena cacería, una
cosecha o por la sanación de algún enfermo. En la zona de Caño de Indio, hoy un
próspero caserío, sus habitantes conservan en sus casas muestras de alfarería
(pocillos, tazas, estatuillas) símbolos de la existencia y presencia de aquella
milenaria cultura. También en la comunidad de El Guásimo a ocho kilómetros de
Arismendi, reposa un cementerio abandonado, de edad imprecisa, arropado
por la vegetación salvaje. Su descubridor fue Aleso Cárdenas, quien nació y
vivió en su cercanía, junto a sus padres Isabel Valdez y Luis Cárdenas
(Pajarillo); ambos muertos. El cementerio nos indica que allí hicieron vida
comunitaria personas que quizás migraron a otro lugar, o que desaparecieron a
causa de alguna peste, o al acoso de las fieras salvajes.
Nos corresponde investigar toda
una cultura ancestral, que permanece, aún intacta, en el seno de la inmensa
llanura salvaje de Arismendi.
Lunes, 09-04-2012
Zordy Rivero, Cronista
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