Con
frecuencia hemos oído hablar de las siete maravillas del mundo; yo a mis amigos
les hago la pregunta siguiente: ¿Cuáles son las siete profesiones que el que se
mete no se sale jamás? Casi siempre me responden una: la profesión de médico, y es cierto. Podríamos hacernos una
pregunta similar pero relacionada con las plantas medicinales, y les aseguro que
el ginseng tendría reservado un lugar privilegiado en esa pequeña lista.
Algunos
habitantes de la India, y otros países del Oriente, de donde procede la raíz,
le tienen tanta fe que la toman de manera regular durante tres meses, una vez
al año, para asegurarse una vejez saludable y pródiga. Sin duda su fama en el
mundo entero se debe en gran parte a su poder afrodisíaco. Pero ¿cómo lo
logra?, se preguntarán. He ahí el misterio. En ella se conjugan todos sus
elementos para mejorar de forma óptima el buen funcionamiento del organismo, y
gracias, especialmente, a uno de sus componentes principales: los ginsenósidos.
Por algo se le considera un adaptógeno: ayuda al organismo a adaptarse a los
cambios del medio externo, contribuyendo a mantener el sistema inmunológico en
condiciones excelentes.
Los
estudiosos de esta planta recomiendan su uso a partir de los 45 años de edad.
Sólo que es una recomendación variable y subjetiva, pues, existen hombres que a
los 80 años no la necesitan, y otros que a los 30 les vendría como una
bendición; y todo tiene que ver con el estado de salud del cuerpo. Un organismo
saturado con carnes rojas, enlatados, frituras y comidas chatarras casi siempre
va a responder mal a las medicinas naturistas; mientras que una persona con la
sangre limpia, liberada de impurezas, es casi seguro que no necesita del
ginseng ni de similares.
El
pueblo, poseedor de una imaginación fértil y próspera ha ido acumulando a
través de las centurias las virtudes de esta poderosa raíz. A continuación una lista
de sus propiedades medicinales o curativas:
Digestivo,
tranquilizante, estimulante xialagogo, sedativo, tonificante nervioso,
gonadotrópico, expectorante, estrogénico, cardiotónico, afrodisíaco,
inflamación, esplenitis, diabetes, debilidad, tos, convulsiones, cáncer,
caquexia, heridas, furúnculos, arteriosclerosis, asma, anorexia, anemia,
amnesia, disnea, reumatismo, rinitis, rectocele, puerperio, embarazo, náusea,
menorragia, paludismo, promover la longevidad, molestias intestinales, insomnio,
impotencia, dispepsia, dismenorrea, disentería, hipotensión, hipertensión,
hiperglicemia, fiebre, timidez, fatiga, epistaxis, epilepsia, enterorragia,
dispepsia, dismenorrea, diarreas.
Deseo
aclarar -para no crear falsas expectativas-, que aun cuando una medicina tenga
propiedades curativas extraordinarias, no hará ningún efecto en un organismo
deteriorado o que tenga lesiones orgánicas severas e irreversibles.
Zordy
Rivero
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