domingo, 31 de marzo de 2019

CRISTOBAL LEAÑEZ, PINTOR Y MURALISTA


Jesús Cristóbal Leáñez Serrano nació en Arismendi del estado Barinas el 30 de abril de 1.955, hijo de María Leonor Serrano (nativa de Pirital) y Manuel Eduardo Leáñez Quintero (procedente de las Islas Canarias), quienes engendraron un total de siete hijos.

Sus primeros estudios los inicia Cristóbal en la Escuela Básica “Unión”. Recuerda muy especialmente a la maestra Delfina, nativa de El Orza y a su condiscípulo Oswaldo Rivero. Concluido el sexto grado viaja a la ciudad de Valencia, a casa de un tío que vivía en “El Trigal”. Entra a estudiar pintura el la Escuela “Arturo Michelena” durante cuatro años. Su compañero de estudio para esa importante época de su vida, fue, nuevamente, Oswaldo Rivero.

Concluido sus estudios de pintura, viaja al hato “La Trinidad”, asentado en el municipio Arismendi, propiedad de Argenis Abreu (El Campeón), con quien trabajó durante diez años. La separación vino a raíz de que Argenis vendió “La Trinidad” y se radicó definitivamente en Valencia. Cristóbal vuelve entonces a Arismendi, donde trabaja como pintor de murales, pancartas y estampados de franelas. Siempre hizo las pancartas que anunciaban las Fiestas Patronales del pueblo.

Al pedirle a Cristóbal que me hablara de su padre a quien tuve la dicha de conocer cuando estudiaba yo mi primer grado (1965) en la escuela de doña Ofelia de Román—, refiere: “Mi padre fue uno de los hombres más instruidos que vivió en Arismendi a mediados del siglo pasado. Hablaba con facilidad cinco idiomas. Se desempeñó como Registrador, Juez, Prefecto. Además poseía conocimientos médicos y una amplia cultura general; era como un Nostradamus de pueblo”.

Remontándose al pasado, Cristóbal recuerda al Conjunto “Pata de Perro” integrado por Juan Lara, Elímenes Núñez entre otros y que hacían su presencia en las festividades pueblerinas. También se destacó el conjunto de Ramón Eliseo (Boca de Guache) acompañado de su hijo ‘Pilón sin Boca’, Cleofe Monagas (cuatrista) y José del Carmen Hernández.

Finalmente expresa que Arismendi es todo para él, y reconoce el agradecimiento de sus gentes.

*
Adhely Rivero inmortaliza en este poema la casa donde vivió la familia Leáñez-Serrano. Con el devenir del tiempo fue modificada, en la medida que pasaba de una mano a otra. El poeta sólo menciona su ubicación en la calle del río, pero el recuerdo que conservo —en lo particular— de aquella casa ancestral, perdura en mi memoria.

LA CASA
Cuando salí del pueblo pensaba regresar
a comprar la casa de la esquina suroeste de la plaza,
cerca de un puerto solitario del río.
Cuando vuelvo no está en venta y entiendo el arraigo
de sus dueños.
A cada vuelta al pueblo visito la calle y bajo mi familia
a contemplar las aguas pardas bajar
eternamente.
Me enteré que vendieron la casa que me gusta,
cerca de la plaza y del río de mi infancia.
Continuaré a la espera con la oferta en el tránsito
del pueblo que crece y se desborda,
Solicitándole a Dios la gracia
que no se me adelante un turco y la transforme en tienda.
Por las aguas del río pasan la boras
mientras espero el día.
                                                      Adhely Rivero

*
Les recomiendo a mis amigos del mundo visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Mi segundo Blog: cronicasdearismendi.blogspot.com
Y como un regalo especial los remito al artículo: “Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida”.

Domingo, 31-03-2019
Zordy Rivero, Cronista

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