sábado, 13 de enero de 2018

VIDA ESPIRITUAL

El Anticristo, una Entidad Maligna

El Anticristo es todo lo malo y de baja vibración existente en el planeta Tierra. Lo percibimos a través de personas arrogantes, mentirosas, egoístas, chismosas, desagradecidas etc., es decir, personas que poseen un ego tan grande que una sola vida no sería suficiente para satisfacerlas, y repito, su ego es tan grande que no piensan en nada más, ni en nadie más, excepto en ellas mismas. Son como una peste ambulante que van dejando su mala fe y hedor a lo largo de su camino nada venturoso; y pobre de aquellos que se crucen en su camino. No exagero, estos seres infelices van dejando su pestilencia, en la medida que van tratando de atrapar inocentes para que les alimente su ego desbordado.

Cuando muchos de estos desventurados se encuentran en una ciudad, crean sobre la misma, una bruma oscura que lo cubre todo, y de ahí surge lo que nuestros ancestros denominaban pava, mavita, mala suerte, pues, lo que esta entidad —que es un conglomerado manifestando baja vibración— toca se transforma en desgracia. Pero cómo hacemos para identificar a estas personas desdichadas. No es difícil. Siempre están tratando de llamar la atención, y ellos mismos se consideran especiales y el centro de todo, incluso de la tierra. El caso es que son vulnerables cuando se les resta importancia o se les mira con indiferencia, o no se les da los méritos que ellos exigen. Y en ese instante, cuando el inadvertido se enfrenta a ellos, tratando de hacerlos entender, ellos se fortalecen, pues como los vampiros, empiezan a alimentarse de las energías de quienes los adversan. Mi recomendación es que si no te sientes preparado, no los enfrentes o contradigas. El Maestro Jesús dijo: “Lo que resiste persiste”. Entiendes ahora el por qué tenemos el mundo convertido en un completo desorden; gracias a las energías de gente inocente que alimenta a esta entidad del anticristo. Otra manera de detectarlos es cuando uno trata de corregirlos, diciéndoles que se están comportando con mucha arrogancia, y que a la vista del mundo se hacen antipáticos; entonces ellos se defienden, argumentando que se les tiene envidia, porque son mejores que los que tratan de criticarlos. Y en realidad, es que han hecho una coraza ficticia que los aísla de su entorno, luciendo una soledad nada envidiable.

Que ¿cómo hacemos para combatir esta entidad maligna?, escucho la pregunta. Ya lo dije, no confrontándolas, pues en el mismo momento en que ellos nos sacan de nuestras casillas, empiezan a alimentarse de nuestras energías. Ellos sostienen sus vidas gracias a nosotros, que le prestamos atención y fortalecemos su ego. Pero la forma más eficaz para desaparecer esta efluvia, cuando el mal está hecho, es usando el Fuego Violeta, que es un limpiador poderosísimo.

Ahora conozcamos un poco al Cristo. La Sagrada Biblia lo llama El Hijo del Hombre, El Espíritu Santo, El Consolador, El Cristo Interno y El Maestro (¿recuerdan la expresión Bíblica?: “No le digan a nadie Maestro porque ustedes tienen su propio Maestro que es el Cristo Interno”. Muchos cristianos lo confunden con Jesús, aunque son diferentes. Jesús manifestó el Cristo y todos en el planeta lo podemos manifestar. De hecho, Jesús dijo: “Las cosas que yo hago ustedes la pueden hacer y aún mayores cosas pueden hacer”. (Juan 14:12). De modo que no estoy inventando nada, sólo dándole una interpretación justa y verdadera. Continuemos. El Cristo es una Luz o Flama Triple —Azul de la Voluntad de Dios; Dorado de la Sabiduría y Rosado del Amor de Dios— que se encuentra ubicada en la aurícula izquierda del corazón. Su radiación calienta nuestra sangre y por ende nuestro cuerpo. Es como un sol en miniatura que apenas mide dos milímetros de diámetro. Se ha llegado a decir que el Maestro Jesús llegó a expandir esa Flama más allá de ocho kilómetros. Cuando un niño enferma a causa de una infección viral o bacteriana y la temperatura empieza a elevarse, significa que el Cristo inició su trabajo de curación. El aumento de la temperatura significa que la Llama Crística está destruyendo virus y bacterias. En ese momento debemos bañar al infante durante unos vente minutos, con agua a temperatura normal, para evitar que convulsione. Los cirujanos del corazón saben del excesivo calor existente en ese sitio especifico del corazón. Cuando acercan el dedo a la Llama Crística, lo retiran de inmediato como un reflejo.

¿Cómo hacemos para manifestar el Cristo, como lo hicieron Jesús, Juan Pablo II y muchos otros? Prestando un servicio desinteresado al prójimo, con amor y fe. Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo, más en tiempos de crisis, donde la mayoría espera una compensación por el trabajo realizado…

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Referencias:
La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales
La Nueva Versión Internacional de la Biblia
El Evangelio de Acuario de Jesús El Cristo
La Brújula Moral.

Val, 13-01-2018
Zordy Rivero


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