lunes, 16 de febrero de 2015

CARNAVALES DE ARISMENDI EN LOS AÑOS SETENTA DEL PASADO SIGLO

Puedo referir que los carnavales de Arismendi en la década de los 70 del siglo XX fueron carnavales muy violentos, salvajes y temidos. No existía respeto por el ser humano, propiedad o jerarquía. Al igual que las peleas de gallos y los toros coleados, estos juegos representaban un resabio del extinto Imperio Romano, quien terminó desapareciendo gracias a sus abusos e irrespetos hacia la vida en general.

Recuerdo que en el pueblo se organizaban grupos de personas y se metían en las casas por la fuerza. De los cuartos y de debajo de las camas o escaparates sacaban a las pobres victimas para echarles agua y cubrirlas de barro. Si las personas o familias se molestaban, peor para ellas, pues le volvían a aplicar la misma dosis hasta que se enfriaran o contentaran. Algunas de las victimas seguían a sus verdugos como una forma de obtener venganza en otras personas.

Muchas familias en la época de carnaval se iban a los campos, a casas de familiares para evitar los abusos. Otros compraban comida suficiente y permanecían encerrados durante tres días, en silencio, temerosos de que una bandada de vagos cayera sobre sus casas. A mí me pareció que eran unas fiestas muy tristes y decadentes. En el Corroncho, a orillas del río Guanare, hacían pozos de lodo y todo el que tenía la desdicha de pasar por allí lo agarraban y metían en el barrizal, casi siempre a la fuerza. A este acto lo llamaban “salar”, y el desafortunado salía irreconocible, como un perro recién bañado que se estruja en el polvo.

Ese salvajismo generó muchas peleas violentas, incluso muertes. Pero no fue esa la causa de la desaparición de la violencia carnavalesca. Mucha gente empezó a andar armada y esto creó temor en los abusadores, quienes se abstenían de lanzar agua o sustancias dañinas (pinturas, aceite quemado, carbón) para no exponerse a una bala o en el menor de los casos a una puñalada.

Pero la máxima violencia de los carnavales de Arismendi estuvo representada por un miembro de la Guardia Nacional llamado el distinguido Garrido, que de paso vivía con una buena mujer de la localidad: Martina Domínguez. Este distinguido de la Guardia, con sus amigos de tragos, marcó al pueblo con sus actos agresivos. No había discriminación. Todo aquel que presentaba resistencia caía abatido bajo el poder de la bandada de borrachos. Su recuerdo nefasto no ha tenido parangón con otras épocas. Fueron días oscuros y tristes para Arismendi, un pueblo sumido en el atraso y completamente aislado de las grandes urbes.


En nuestra época, es decir, en este año 2015, los carnavales más sonados son los de Guadarrama. No se permite jugar con agua a menos que se haga dentro del hogar, sin afectar a terceros. Sin embargo, este año no se realizaron las acostumbradas festividades debido a las deficiencias en la energía eléctrica y el agua potable. Aunque no fue suficiente obstáculo para que muchos arismendeños y calaboceños se dieran cita en la acogedora parroquia de Santo Tomás.

Arismendi, 16-02-2015
Zordy Rivero,  Cronista

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