En la primera
década de este siglo ejercí la medicina —en dos ocasiones— en Maporal,
parroquia del municipio Ciudad Bolivia, Pedraza, del estado Barinas. Lo curioso
es que el nombre de este pueblo surgió por la abundancia de los árboles de
Maporas en el lugar. Todos estos árboles desaparecieron gracias a la mano del
hombre. Yo regresé a Arismendi sin lograr conocer las maporas de Maporal.
*
También existe
en Barinas un pueblo llamado La Luz, que en sus primeros tiempos vivió en la
más completa oscuridad, y sólo con la llegada de las primeras plantas
Caterpillar pudieron ver y disfrutar la luz durante un rato en la noche.
*
En Arismendi
del estado Barinas tenemos la parroquia La Unión, asentada en la margen derecha
del río portuguesa. En el pasado la gente vivía en constantes peleas que
generaban diferencias y desunión. Con los años empezaron a hacerle honor al
nombre del pueblo y aprendieron a vivir en paz, armonía y unidad.
*
Creo que
sucedió en Curbatí. Una mujer llevó a su hijo de apenas unos días de nacido al
cura para que le echara la bendición.
—¿Cómo se llama
el niño, buena mujer? —preguntó el cura.
—¡Lucifer! Se
llama Lucifer —respondió la mujer, muy segura.
—¿Y por qué le
pusiste ese nombre, hija? ¿Acaso no sabes quién es Lucifer?
—Se lo pusimos,
Padre, porque yo me llamo Lucía y mi marido Fernando. Unimos las iniciales de
ambos nombres y salió Lucifer.
—¿Ves lo que
sucede por estar usando nombres compuestos? Hay tantos nombres lindos en la
geografía llanera: Rodrigo, Benjamín, Silverio, Pedro, Estefanía, Sofía,
Alicia, María, etc. Lucifer es el amo de las tinieblas… y quien lleve ese
nombre ya está condenado por siempre a vivir en la oscuridad de la tierra.
*
A mis lectores del mundo les recomiendo
visitar la página Web de “La Fundación Mundial para las Ciencias Naturales”: www.naturalscience.org/es
Y como un regalo muy especial los remito a Una Brújula Moral para el Viaje de la Vida.
Arismendi,
02-11-2014
Zordy
Rivero, Cronista
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