miércoles, 2 de mayo de 2012

CRÓNICAS

Pasadas las 9 de la mañana del 28 de abril de 2012, llegamos a la Escuela Estadal Unitaria “Batalla de Santa Inés”, levantada en una orilla de río Guanare Viejo, mejor conocido como Guanare Viejo Abajo. Nos acompañaban la doctora Yuriana Cubian, la enfermera Rosa Valera, mi secretaria Yuly Moreno, el maestro Luis Rivero, Daniel Tovar (mecánico de motos) y Alfredo Martínez, estudiante de la escuela.

El recorrido lo hicimos en motos, pidiéndole a Dios que no lloviera. En menos de media hora estábamos en el sitio. Apenas las aguas comienzan a subir en los ríos, pero los esteros se ven reverdecidos, en presencia de aves, ganado, búfalos, que reciben el invierno con entusiasmo. Fuimos recibidos por Maira de Cortez y su esposo Luis Cortez, dos personas muy atentas y serviciales.

Desde hace dos años el maestro Luís Rivero atiende la Escuela, donde reciben clases doce alumnos: tres niñas y nueve varones. El año 2009, cuando se formó, la regentaba el maestro Carlos Martínez.

A petición del maestro Luis les di a los alumnos y sus representantes una charla sobre salud preventiva, señalando los modos de no exponerse a la parasitosis intestinal, tan frecuentes en la zona. Expliqué que los pies descalzos, como es costumbre andar en el campo, es una vía fácil de infectarse de cuantos parásitos existen en la tierra. También les hablé de la prevención de enfermedades graves a través de las vacunas.

Se empezaron a aplicar las vacunas: Pentavalente, Antigripal, Rotavirus, Polio y Neumococo. Se vacunaron un total de 21 personas entre niños y adultos. Sólo un niño, perteneciente a una religión evangélica se negó a vacunarse, argumentando que él había hablado con su Señor Jesús y que él le había prometido protegerlo de cualquier enfermedad. Dije a algunos de los presentes que en una ocasión fuimos a un caserío llamado la Aguada, muy cerca de San Antonio, y hubo una persona que no quiso vacunarse, y fue el único que murió al año siguiente de Fiebre Amarilla, enfermedad hemorrágica transmitida por el zancudo y cuyo reservorio es el mono.

Al mediodía nos sirvieron la comida: pollo guisado y carne en salpresa, espagueti, arroz blanco, caraotas negras y tajadas fritas. Mientras hacíamos la siesta tuve la oportunidad de hablar con Luis Cortez. Me dijo que las tierras de Guanare Viejo eran muy buenas para la producción de ganado. Que él tenía doce años viviendo allí y le había ido muy bien. Contó que había productores que con cuarenta vacas sacaban veinte kilos de queso diarios.

Luego pasamos al otro lado del río a visitar a la familia Daza: Cruz y Juan. Viven exclusivamente de la agricultura; producen todos los rubros: maíz, caña, ñame, ocumo, lechosas, piña, jengibre etc., pero en especial topochos. Son seres de una gran humildad y sencillez.

De regreso nos detuvimos en la finca de Nicacia Martínez y Otilio Cortez. Vacunamos y emprendimos el regreso a casa.

Zordy Rivero
Viernes, 28-04-2012

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