Pasadas
las 9 de la mañana del 28 de abril de 2012, llegamos a la Escuela Estadal Unitaria “Batalla de Santa
Inés”, levantada en una orilla de río Guanare
Viejo, mejor conocido como Guanare
Viejo Abajo. Nos acompañaban la doctora Yuriana Cubian, la enfermera Rosa
Valera, mi secretaria Yuly Moreno, el maestro Luis Rivero, Daniel Tovar (mecánico
de motos) y Alfredo Martínez, estudiante de la escuela.
El
recorrido lo hicimos en motos, pidiéndole a Dios que no lloviera. En menos de
media hora estábamos en el sitio. Apenas las aguas comienzan a subir en los
ríos, pero los esteros se ven reverdecidos, en presencia de aves, ganado,
búfalos, que reciben el invierno con entusiasmo. Fuimos recibidos por Maira de
Cortez y su esposo Luis Cortez, dos personas muy atentas y serviciales.
Desde
hace dos años el maestro Luís Rivero atiende la Escuela, donde reciben clases
doce alumnos: tres niñas y nueve varones. El año 2009, cuando se formó, la
regentaba el maestro Carlos Martínez.
A petición del maestro Luis les di a los alumnos y sus representantes una charla
sobre salud preventiva, señalando
los modos de no exponerse a la parasitosis intestinal, tan frecuentes en la
zona. Expliqué que los pies descalzos, como es costumbre andar en el campo, es
una vía fácil de infectarse de cuantos parásitos existen en la tierra. También
les hablé de la prevención de enfermedades graves a través de las vacunas.
Se
empezaron a aplicar las vacunas: Pentavalente,
Antigripal, Rotavirus, Polio y Neumococo. Se
vacunaron un total de 21 personas entre niños y adultos. Sólo un niño,
perteneciente a una religión evangélica se negó a vacunarse, argumentando que
él había hablado con su Señor Jesús y que él le había prometido protegerlo de
cualquier enfermedad. Dije a algunos de los presentes que en una ocasión fuimos
a un caserío llamado la Aguada, muy
cerca de San Antonio, y hubo una persona que no quiso vacunarse, y fue el único
que murió al año siguiente de Fiebre
Amarilla, enfermedad hemorrágica transmitida por el zancudo y cuyo
reservorio es el mono.
Al
mediodía nos sirvieron la comida: pollo guisado y carne en salpresa, espagueti,
arroz blanco, caraotas negras y tajadas fritas. Mientras hacíamos la siesta
tuve la oportunidad de hablar con Luis Cortez. Me dijo que las tierras de Guanare Viejo eran muy buenas para la
producción de ganado. Que él tenía doce años viviendo allí y le había ido muy
bien. Contó que había productores que con cuarenta vacas sacaban veinte kilos
de queso diarios.
Luego
pasamos al otro lado del río a visitar a la familia Daza: Cruz y Juan. Viven
exclusivamente de la agricultura; producen todos los rubros: maíz, caña, ñame,
ocumo, lechosas, piña, jengibre etc., pero en especial topochos. Son seres de
una gran humildad y sencillez.
De
regreso nos detuvimos en la finca de Nicacia Martínez y Otilio Cortez.
Vacunamos y emprendimos el regreso a casa.
Zordy Rivero
Viernes, 28-04-2012
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